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SOCIEDAD
Actualizado 20/01/2023 23:25:51
David Rodriguez

La misa previa en la Catedral de Santa María también registró una afluencia muy alta de fieles

La notable afluencia de público a la hoguera de la tarde del jueves pese a la desapacible meteorología reinante acabó por ser el preludio de una multitudinaria asistencia a los actos litúrgicos organizados en Ciudad Rodrigo en honor a su patrón San Sebastián en el día en que aparece en el calendario, que tuvieron lugar a lo largo de la mañana del viernes, con la buena nueva para empezar de que se ha recuperado la plena normalidad tras la pandemia del coronavirus.

En este sentido, respecto a 2022 (cuando la afluencia de público ya fue muy alta pese a caer en jueves, es decir, día laborable en otros lugares), la celebración de este año ya ha estado libre de mascarillas, aunque algunas personas decidieron llevarlas de forma voluntaria en la mañana del viernes.

Esta siempre larga mañana festiva en honor al patrón, de la que se dejó constancia en toda la ciudad mediante el lanzamiento de múltiples cohetes, arrancó en la calle Gigantes, con la reunión de los cuatro mayordomos, David Domínguez Perrino, Alberto Marcos González, Arturo Sánchez-Vasconcellos Borrego y Miguel Rubio Carpio, en la casa del primero de ellos, junto a los responsables de la Cofradía.

Ese grupo inicial puso rumbo a la Plaza Mayor, encabezado por los redoblantes (Mariano Martín, Chema Pacheco y Sergio Cardoso) y por el pendón de la Cofradía (portado por Marina Sánchez), para recoger a la Corporación Municipal (únicamente faltaron Beatriz Jorge Carpio, Carlos Fernández Chanca y Alfredo de Miguel) y al Jefe de la Policía Local, Narciso Caridad, quienes escoltados por los maceros y acompañados por la Banda Municipal de Música, se dirigieron también a la Catedral de Santa María.

Una vez allí, tuvo lugar la solemne eucaristía en honor al patrón, presidida por el Obispo José Luis Retana, quién en su homilía (en la que indicó que tras un año como prelado “tengo la satisfacción de vivir más intensamente estas fiestas patronales”) se centró en la figura de los mártires. Así, tras recordar la historia de San Sebastián, resaltó que “el mártir está convencido de que nada es superior al amor de Cristo Resucitado”, añadiendo que “la persecución de los cristianos es una constante de la historia de la Iglesia desde el comienzo de la predicación evangélica”.

Enlazándolo con el momento actual, mencionó que “no podemos dejar a un lado, que de una u otra forma, en nuestro tiempo se vive una cierta ‘persecución religiosa’, que nos lleva a que veamos una secularización de la vida cristiana”, aunque también apuntó que “no debemos olvidar que los sufrimientos de la fe forman parte del discipulado de Cristo”. Retana –que estuvo acompañado por unos cuantos sacerdotes más- ofreció esa homilía contemplando posiblemente la Catedral con más fieles que nunca desde que es Obispo (incluso hubo personas en los bancos de la parte trasera de la nave central).

Entre los asistentes a la celebración estuvieron, además de todas las personas ya mencionadas, los alumnos y responsables del Seminario Diocesano (varios ejercieron como monaguillos), hermanas de congregaciones religiosas, y de forma novedosa, varias autoridades militares que habían sido invitadas por la Cofradía en nombre de los mayordomos.

En concreto asistieron Gonzalo José de Juan Novoa, teniente coronel jefe del Estado Mayor del Mando de Ingenieros; Gerardo Alfredo Velasco González, suboficial mayor del Mando de Ingenieros (ambos en representación del general jefe del Mando de Ingenieros, Manuel Maldonado Pardo, que no pudo asistir); Emilio García Herrera, coronel subdelegado de Defensa en Salamanca; Luis Fernando Núñez Allue, teniente coronel jefe del Regimiento de Ingenieros número 11; Marino Hernández Peinado, suboficial mayor del Regimiento de Ingenieros número 11; José Carrasco Menéndez, coronel presidente de la Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas; Jesús Arellano Manrique, teniente jefe de la Compañía de la Guardia Civil de Ciudad Rodrigo; y Jaime Gil Martínez, comandante del Puesto de la Guardia Civil de Ciudad Rodrigo.

Finalizada la eucaristía, fue turno para la procesión, saliendo la imagen de San Sebastián de la Catedral por el Pórtico del Perdón portada por varios Bomberos mientras la Banda Municipal de Música interpretaba el Himno de España. La Banda cerró la comitiva callejera, conformada por varios monaguillos, los redoblantes, el pendón de la Cofradía, el tamborilero Sergio Montero ‘El Manterito de El Bodón’, el grupo Roble Charro, la imagen de San Sebastián, el Obispo junto a Ángel Martín Carballo y Vidal Rodríguez Encinas, responsables de la Cofradía, las autoridades militares, los maceros, la Corporación (casi todos con capa) junto a Narciso Caridad y la Banda Municipal de Música.

Junto a todos aquellos que quisieron, la comitiva se dirigió a la Plaza Mayor, donde San Sebastián entró al ritmo del Reloj Suelto. En el ágora hubo una parada con un doble motivo: una reflexión del presidente de la Cofradía, Alberto Sánchez-Bravo, y la interpretación por parte de la Coral Dámaso Ledesma del Himno a Ciudad Rodrigo. Tras ello, se continuó por la calle Madrid, Puerta del Conde (donde hubo el clásico lanzamiento de anises, que causó sorpresa a los militares), el Registro, la Glorieta del Árbol Gordo, el Parque de La Glorieta, la calle Lorenza Iglesias y la calle San Cristóbal. Todo este trayecto se desarrolló alternándose el sol y las nubes en el cielo, sin apenas frío.

A la llegada a las puertas de la Iglesia de San Cristóbal, hubo una exhibición de folklore por parte del grupo Roble Charro al ritmo de los sones de Sergio ‘El Manterito de El Bodón’, antes de que fuese introducida (mientras sonaba de nuevo el Himno de España) la imagen en el templo, donde estaba esperando el capellán de la entidad, Rafael Caño, que había presidido previamente una eucaristía. En ese momento, José Luis Retana esparció incienso a la imagen del patrón e impartió la bendición final. Como cierre, todos aquellos que quisieron pudieron acercarse a adorar la reliquia de San Sebastián inclinando la cabeza.

A partir de ahí, fue turno para deshacer –a un ritmo más rápido- el camino hacia el centro histórico, con una primera parada junto a la Catedral de Santa María para despedir al presidente del Cabildo Catedralicio, Ángel Martín Carballo, y al Obispo José Luis Retana (tradicionalmente, al Obispo se le dejaba a las puertas del Palacio Episcopal, pero este año se ha seguido al pie de la letra el protocolo de la Cofradía, que marca que se le despida también junto a la Seo).

De ahí se puso rumbo a la Plaza Mayor, donde el director de la Banda de Música, José María Sendín, se despidió de las autoridades militares, la Corporación, los mayordomos y la Cofradía antes de marcharse la Banda interpretando el Forastero. A continuación, los mayordomos y el presidente de la Cofradía se despidieron de la Corporación y las autoridades militares para coger la calle San Juan y llegar a la calle Gigantes, donde a las puertas del domicilio de David Domínguez todos los presentes se despidieron de los mayordomos. A continuación, todos aquellos que estaban invitados pudieron disfrutar de un convite en el Palacio de Montarco como cierre de la mañana.

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