Coge las riendas de la Diócesis abulense, de la que fue Obispo de 2003 a 2018, hasta que El Vaticano nombre un nuevo Obispo
El que fuera Administrador Apostólico de la Diócesis de Ciudad Rodrigo desde enero de 2019 a enero de 2022, Jesús García Burillo, sigue sin poder disfrutar a tope de la jubilación eclesiástica que alcanzó en mayo de 2017, cuando cumplió 75 años. Nueve meses después de marcharse de la Diócesis Civitatense (una vez fue nombrado José Luis Retana como Obispo), García Burillo ha sido designado ahora para coger las riendas de la Diócesis de Ávila, de la que es Obispo emérito tras haber sido prelado titular de la misma desde 2003 hasta 2018.
En este caso, Jesús García Burillo ha sido nombrado Administrador Diocesano de Ávila, una figura diferente a la que tuvo en la Diócesis de Ciudad Rodrigo, de la que fue Administrador Apostólico, aunque con las Diócesis bajo su mando en ambos lugares en un período de Sede Vacante. Por explicarlo resumidamente, la designación como Administrador Apostólico la realiza El Vaticano, mientras que el cargo de Administrador Diocesano es establecido por la propia Diócesis afectada, teniendo menos poderes.
En lo que respecta al momento actual, Jesús García Burillo –que cumplió 80 años en mayo- ha sido designado Administrador Diocesano por el Colegio de Consultores de la Diócesis de Ávila, en una reunión que tuvo lugar en la mañana del miércoles. Este nombramiento se produce tras haber sido designado Arzobispo coadjutor de Granada el que ha sido prelado abulense desde 2018, José María Gil Tamayo.