José Luis Retana hace su debut semanasantero interviniendo desde la balconada de la Casa Consistorial
El recinto amurallado de Ciudad Rodrigo dio la bienvenida en el tramo final de la mañana del Domingo de Ramos, de la mano de la Cofradía de Jesús Amigo de los Niños, a la popular Borriquilla, que como el resto de pasos semanasanteros mirobrigenses no pisaba las calles desde el año 2019 por culpa de la pandemia del coronavirus.
Como en casi todos los lugares, en Ciudad Rodrigo son protagonistas en esta procesión los niños, aunque se viene produciendo un paulatino descenso en el número de participantes, acentuado este año por el tiempo transcurrido desde el último desfile. Así, procesionaron portando las habituales palmas poco más de una treintena de niños, superando por poco a los 25 miembros de la Banda de Cornetas y Tambores de la propia Cofradía.
Como es habitual, junto a los que portaron las palmas y a los miembros de la Banda, también hubo niños, adolescentes y jóvenes portando banderas y conduciendo al paso de La Borriquilla, que se puso en marcha con total puntualidad desde la Parroquia de Santa Marina, donde previamente había tenido lugar la solemne misa del Domingo de Ramos presidida por su párroco Prudencio Manchado.
El párroco participó también en la procesión, desfilando justo por delante de los representantes de las 7 cofradías semanasanteras mirobrigenses, quienes iban ataviados con sus túnicas procesionales, y portando palmas en vez de las varas de mando de sus respectivas entidades.
En una mañana marcada por un notable viento (lo que generó problemas por ejemplo con las capas de los miembros de la Banda), la procesión cruzó el Puente Mayor y subió por la calle Nogales Delicado para alcanzar la Puerta de La Colada. Allí hubo un parón para bajar ligeramente la altura del paso de La Borriquilla en su carroza, a la que también se subió una niña para quitar la palma, que fue recolocada nada más pasar la bóveda.
La subida por La Colada fue ligeramente diferente a lo habitual, ya que en el tramo de la propia Puerta, la comitiva tuvo a los dos lados los andamios recubiertos con una malla desde los cuales se está restaurando la propia Puerta; mientras que unos metros más adelante, los vivas a La Borriquilla que es tradición que suelte el popular Ruso los lanzó desde su propia vivienda, una vez jubilado del establecimiento que tenía al otro lado de la calle (que vuelve a estar abierto con otra gerencia).
Como marca también la tradición, al asomar la imagen de La Borriquilla por la parte sur de la Plaza Mayor sonó el Reloj Suelto, tras el cual volvió a tomar la palabra el sacerdote Domingo Peinado, antiguo capellán de la Cofradía de Jesús Amigo de los Niños, que estaba ejerciendo como narrador. Domingo Peinado fue el encargado de presentar al Obispo de Ciudad Rodrigo, José Luis Retana, quién tras haber presidido la misa de la mañana del Domingo de Ramos en la Catedral, se dirigió a todos los congregados en la Plaza.
A continuación, subieron a la balconada de la Casa Consistorial cuatro niñas acompañadas de Prudencio Manchado para realizar una serie de peticiones, entre ellas “por la paz en Ucrania y en el mundo”. Tras agitar los congregados en la Plaza tanto las palmas como las ramas de laurel que portaban algunos de ellos (sobre todo los que venían en la procesión desde El Puente), la comitiva abandonó el ágora por la calle San Juan, mientras volvía a sonar el Reloj Suelto.
Después de transcurrir por Colegios, Velayos y Sánchez Arjona, La Borriquilla volvió a cruzar la Plaza Mayor en dirección a Julián Sánchez, con el Obispo siguiendo su paso en primera fila junto a Domingo Peinado. La comitiva continuó su ruta a la Catedral de Santa María, alcanzando inicialmente la Plazuela de Herrasti, donde los participantes en la procesión se hicieron las habituales fotos de familia antes de ser introducida la imagen de La Borriquilla en la Seo, por la Puerta de las Cadenas.