A finales de 2002 surgió otro similar, liderado desde la propia Diócesis, que sí consiguió su objetivo, y con rapidez
Tras casi dos años sin Obispo, desde que el 16 de enero de 2019 el Papa Francisco aceptase la renuncia de Raúl Berzosa al Gobierno pastoral de la Diócesis de Ciudad Rodrigo (después de 7 meses de 'retiro espiritual'), el 7 de enero de 2021 el párroco de San Andrés, Tomás Muñoz Porras -quién fue Vicario General de la Diócesis con Berzosa-, hizo público un escrito para alertar del riesgo de pérdida de identidad que vivía la Diócesis, lo que dio pie a un movimiento en su defensa que finalmente ha resultado infructuoso, en contraste con lo ocurrido hace casi 20 años.
En aquel momento, entre 2002-2003, hubo otro movimiento reivindicativo, bastante más intenso, tras ser trasladado el prelado Civitatense, Julián López, a la Diócesis de León (fue nombrado en marzo de 2002, tomando posesión a finales de abril). En concreto, la mecha de aquella reivindicación la prendió el recientemente fallecido Nicolás Martín Matías, quién en la Misa del Gallo alertó, desde su posición de Vicario General de la Diócesis, de la posibilidad de que se nombrase un mismo Obispo para Salamanca y Ciudad Rodrigo, llamando a la movilización "antes de que se consumen los actos", según recuerda en un artículo José Ignacio Martín Benito.
Ante ello, se inició un notorio movimiento epistolar, promovido desde la propia Diócesis, para reclamar un Obispo exclusivo a la Santa Sede, al Nuncio y a la Conferencia Episcopal Española. Al mismo tiempo, se posicionaron numerosas instituciones (como la recientemente constituida Fundación Ciudad Rodrigo o el Ayuntamiento mirobrigense), e Incluso lo pidió Julián López al presidir la Misa del Día de San Sebastián de 2003 en su calidad de Administrador Apostólico Civitatense.
La movilización resultó muy efectiva, ya que apenas dos meses después de su inicio, a finales de febrero de 2003, fue nombrado prelado de Ciudad Rodrigo Atilano Rodríguez. Curiosamente, durante aquellos dos meses de reivindicación civitatense fueron nombrados Jesús García Burillo como Obispo de Ávila, y Carlos López como Obispo de Salamanca, procedente de Plasencia, cargo del que se ha despedido este lunes.
La movilización de 2021
Como decíamos, la reivindicación llevada a cabo en 2021 la inició un escrito de Tomás Muñoz Porras (que incluía la frase de Martin Luther King 'Morimos el día en el que guardamos silencio ante las cosas que importan'), quién resaltaba el "silencio profundo y prolongado: dos años sin Obispo, una situación de tránsito que lesiona a la institución, y nadie dice nada, nadie da una razón", además de expresar que desde su punto de vista a la Diócesis le faltaba quién le diera "voz ante los responsables de la Conferencia Episcopal y de la Santa Sede en Roma".
Ese artículo prendió la mecha, iniciándose una vorágine de artículos de opinión o cartas públicas de personas e instituciones (como varias Cofradías de Semana Santa, Afecir o Civitas) que fueron difundidos en medios de comunicación para reclamar la continuidad de la Diócesis con Obispo propio y exclusivo, siendo uno de los primeros el del antiguo Deán de la Catedral Ángel Olivera Miguel.
Asimismo, comenzó el movimiento a nivel institucional, al menos a nivel público (el alcalde Marcos Iglesias comentó en la mañana del lunes que él ya había tenido contactos desde la primavera de 2020), que encabezó especialmente el Centro de Estudios Mirobrigenses (CEM), quién hizo una declaración institucional el 14 de enero "en apoyo de un Obispo titular, exclusivo y residencial" para la Diócesis.
Tras ello, el presidente del CEM, José Ignacio Martín Benito, realizó una serie de publicaciones repasando la historia de la Diócesis (centradas en las acometidas que había ido sufriendo), además de movilizar para que hiciesen artículos a buena parte de sus miembros, además de a otras personas, como José Luis Puerto, Santiago Corchete, Ángel Bernal, Carlos García Medina, Laura García Juan, Francisco Javier Iglesias Paíno, Ángel Iglesias Ovejero, Tomás Domínguez Cid, Juan José Sánchez-Oro Rosa, o Juan Tomás Muñoz.
Incluso, se les pidió que escribieran Olav Mazarrasa Mowinckel y José Tomás Mazarrasa Gómez-Cantolla, descendientes de José Tomás de Mazarrasa, quién fuera Administrador Apostólico de la Diócesis Civitatense de 1885 a 1907. De igual modo, hubo artículos de Miguel Cid Cebrián, Saturnino Rodríguez Miguel, José Ramón Cid Cebrián, o el alcalde Marcos Iglesias.
Justo en el arranque de ese movimiento en defensa de la Diócesis, el 24 de enero, el Administrador Apostólico, Jesús García Burillo, difundía una sorprendente carta, para que fuera leída en todas las parroquias, en la que defendía su papel (reivindicándose como defensor de la Diócesis ante otras instituciones) además de intentar 'sofocar las brasas', exhortando a "no colaborar en ninguna campaña que pretenda intimidar a la Santa Sede en su decisión sobre el futuro obispo de nuestra Diócesis".
Pese a ello, continuaron los movimientos, aprobándose pocos días después (el 1 de febrero) una moción en defensa de la Diócesis en el Pleno del Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo, lo que también se haría en otras localidades del territorio diocesano. Ese mismo mes se intentó aprobar una Declaración Institucional en la misma línea en las Cortes de Castilla y León, pero no vio la luz al no estar de acuerdo el procurador de Por Ávila. Más adelante (a finales de abril), la moción se aprobó en la Diputación de Salamanca.
En otra vertiente, el Centro de Estudios Mirobrigenses inició una recopilación de firmas, tanto presencialmente en Ciudad Rodrigo como virtualmente, para defender la Diócesis, para posteriormente remitirlas a la Conferencia Episcopal, a la Nunciatura Apostólica, y al prefecto de los Obispos en Roma, acompañadas de las adhesiones de todo tipo de asociaciones y colectivos de Ciudad Rodrigo, así como de un amplio número de Ayuntamientos del territorio diocesano.
Toda esa producción literaria ha quedado plasmada para la historia en el libro ¡Surge Civitas! Vindicación de la Diócesis de Ciudad Rodrigo que fue publicado en el mes de mayo por el Centro de Estudios Mirobrigenses con el apoyo del Ayuntamiento mirobrigense, Adecocir, la Diputación, la Fundación de Castilla y León, y las Cortes de Castilla y León (el volumen fue presentado en un acto público en la Plazuela de Herrasti).
El Manantial hizo una reivindicación al respecto en pleno Santuario de la Peña de Francia mientras que en el mes de mayo aparecieron en varios rincones de Ciudad Rodrigo siluetas de ovejas descarriadas reivindicando con mensajes variados el nombramiento de un Obispo exclusivo, así como unas pancartas en varios lugares con la leyenda 'Sí Diócesis Sí'.
Esos elementos quedaron plasmadas en el reportaje que el programa La Sexta Columna de La Sexta le dedicó a la situación de la Diócesis dentro de una emisión titulada Provincias en lucha: ruta por las tierras de la ira, en la que aparecían varias zonas de España con reivindicaciones de lo más variado. Desde entonces, se apagaron casi por completo las acciones públicas reivindicativas, que no han llegado a buen puerto, como se puede comprobar en el nombramiento este 15 de noviembre de un Obispo compartido con la Diócesis de Salamanca.