Me gusta dar y poner el énfasis en las buenas noticias.
Como ha dicho su padre, es una gran alegría que deje el deporte. Si seguía, le preocupaba su salud ¡Bien hecho!
El entrenador de baloncesto del Barcelona ha dicho: Llegó con 16 años, cuando él era jugador. Era un chico lleno de valores (y citaba unos cuantos, que conocemos todos). Y sigue con los mismos valores, cuando se retira con 41 años. Su familia le había educado muy bien.
Ha dicho Gasol: he sido feliz, hay que tener ambición para ganar y ser el mejor jugador posible, pero sin arrogancia.
Y en un tema tan difícil como el catalán, ha dado las gracias en catalán, español e inglés (no recuerdo el orden, no deben ser idiomas en competencia, sino en colaboración)
¡Qué gusto de declaraciones! Gente buena, honesta, que valora el trabajo bien hecho, tiene todo el éxito del mundo y no es arrogante.
Él tiene todo el mérito del mundo, pero me parece muy importante lo que dice el entrenador, en un momento en el que, con alguna frecuencia, los padres pierden el control educativo de sus hijos. La familia es el agente educativo por excelencia.
Como nos asegura la psicología somos el fruto de la herencia biológica, la herencia social (familiar, escolar, amistades y social), la suerte o mala suerte y el mérito propio.
En el gran Gasol seguramente se han encontrado todos los factores positivos.
Felicidades, Pau.
Por cierto, cuando no se conjuntan todos los factores favorables se requiere un sobre esfuerzo, pero todos tenemos el deber de tomarnos en serio a nosotros mismos y a los demás. Es la mejor manera de vivir.
Y no negar a nadie la esperanza, la resiliencia ante la adversidad.