Sigue el Ayuntamiento anunciando nuevas obras en la ciudad con la marca ambiental Savia. Informar continuamente da sensación de trabajo, no en vano dicen haber cumplido el 93% del acuerdo de coalición. Aunque supongo la pandemia ha ralentizado su actividad, en junio pasado era el 88% según ellos mismos. Quizás esto explique la continua repetición publicitaria del Life Ruta de la Plata, o de premios por otras cosas todavía inexistentes. Cuando finalice la legislatura a lo mejor las vemos realizadas.
El último anuncio se relaciona con el amputado y encajonado Parque Botánico de Huerta Otea. Concebido en su momento como espacio formativo, mostrando diferentes tipos de plantas identificadas con su correspondiente plaquita. Tiene un Edifico Multiusos, publicitado durante algún tiempo como Aula de Educación Ambiental, así utilizada algunos veranos a través de una paupérrima contrata. Quizás este uso ha provocado la invisibilizacion de las plaquitas identificadoras de plantas en el parque, tal vez hay premio por encontrar alguna actualmente.
No es el primer proyecto pensado para la educación ambiental y luego abandonado. Todavía recuerdo las plantas de baja demanda de riego junto a la antigua Iglesia de la Santísima Trinidad, entre los puentes Romano y Enrique Esteban, cerca del desamparado Molino y la no menos dejada de la mano pesquera reconstruida hace pocos años. Esas plantas desparecieron de repente a la entrega de la obra. Más suerte tiene la muestra de vegetación de la provincia al oeste del parque Villar y Macías.
Ahora en el Parque Botánico de Huerta Otea, entre otras sugestivas ideas, "se acondicionará el inmueble existente como aula ambiental de las energías renovables y sus aplicaciones. En concreto, se habilitará una sala de calderas de biomasa con paneles didácticos y explicativos sobre su repercusión en el medio ambiente". Confiemos en un resultado final del edifico muy ambiental y no empresarial. Pero es curioso que el Ayuntamiento ya habla en su web de "un Aula de Educación Ambiental, situado en la sala de calderas, donde aprender todo lo relacionado con energías limpias o renovables" en el Centro Luis Vives.
El Tormes+ tiene mucho de remedo del Plan Especial de Protección del rio Tormes, del que nunca más se supo, pero no es global ni su objetivo principal la protección. Son el resto de instrumentos de planificación aprobados quienes deben dar al Ayuntamiento la perspectiva de conjunto en sus actuaciones. Por ello el Corredor Verde/Ribera Fluvial proyectado con el Tormes+, de alguna forma ha de extenderse al menos desde el yacimiento arqueológico del antiguo puente de La Salud a todo el término municipal, incluida Huerta Otea.
A esta deben rescatarla del abandono, y atenuar el impacto visual del nuevo y largo muro. Por supuesto recuperar el acceso peatonal desde el Paseo de San Vicente, junto a alguno más desde el nuevo paseo. Y para conseguir un verdadero corredor verde, afrontar de una vez su conexión con el Puente Romano bajo el Puente de Sánchez Fabrés. Teniendo presente los largos años de tramitación del nuevo Hospital, y su gran retraso, resulta inconcebible no lo tuvieran en cuenta al diseñar el Paseo de la Transición Española. Obras como esta trasmite esa sensación de falta de perspectiva al incorporarla a la ciudad, como si no supieran encajarla en la complejidad urbana.
Permítanme que añada un recuerdo para Luis Calvo Rengel, persona que conocí y traté durante muchos años y de la que guardo un grato recuerdo. Lamentablemente va despareciendo esa generación de socialistas que impulsaron la moderna Salamanca, y en su caso además trabajaron para que no pierda la memoria.