El sueño de una casa propia sigue estando vigente en la actualidad para muchos. Pero si no cuentan con los ahorros suficientes, necesitarán ayuda de entidades financieras, o lo que es lo mismo, un préstamo hipotecario. Antes de embarcarse en una operaci
Hay que tener en cuenta que antes de conceder este tipo de crédito, los bancos suelen tener en cuenta los siguientes factores:
Ahora que ya sabemos quiénes pueden acceder a un préstamo hipotecario, ¿qué clase de hipotecas existen? La clave para diferenciarlas radica en el tipo de interés:
No hay una única respuesta a la hora de definir cuál es la alternativa más conveniente, depende mucho de lo que demande el usuario.En caso de buscar estabilidad, el interés fijo puede ser la mejor opción. En cambio, con el interés variable, debe analizar si podrá afrontar una posible subida de cuota. Igualmente hay otros gastos que no hay que perder de vista:
Una vez entendido este panorama global, la pregunta del millón es cuál será el valor de la cuota a pagar y con ello poder hacer cálculos acertados para escoger la vivienda a comprar. Hoy muchos bancos ofrecen simuladores donde puedes realizar el cálculo en tiempo real indicando parámetros como el precio de la vivienda, el tipo de vivienda (usada o nueva), tus ingresos netos mensuales, y la cantidad de cuotas que estás dispuesto a pagar. Para realizar el ejercicio uno mismo, se puede recurrir a la fórmula de interés compuesto:
En esta ecuación C representa el capital (80% del valor del inmueble), i es el interés mensual y n es el número de meses en los que se devolverá el préstamo.
Supongamos que el banco ofrece un interés del 3% anual, en ese caso el interés mensual será de un 0,25% (3% entre 12 meses). Si el cálculo es de una hipoteca a 40 años, se deberían considerar 480 meses. A modo de ejemplo, con un capital de 150.000 euros, la cuota sería de 536,9 euros al mes.
Por último y no menos importante, el valor de la cuota de la hipoteca no debe superar un porcentaje superior al 30% o 40% sobre los ingresos mensuales netos del deudor. Esta proporción no es un capricho del banco, sino que garantizará tu salud financiera permitiéndote seguir desarrollando tu vida con normalidad sin que tu sueño se transforme en una pesadilla.
En definitiva, hay dos factores claves para tomar una buena decisión, los ahorros que son el punto de partida para el acceso al préstamo y los ingresos mensuales que son los que determinan la capacidad de pago del cliente y, por consecuencia, la duración de la hipoteca.