"Los salmantinos ahora se preocupan más por la alimentación saludable, y valoran más la calidad y variedad de productos", asegura esta frutera
La alimentación y los sectores relacionados con ella continúan trabajando aunque quizás de forma diferente a la época pre-pandemia por los cambios en los hábitos de consumo de los salmantinos. Susana Sánchez, de Frutas Susana en la planta baja del Mercado Central, cuenta a SALAMANCA AL DÍA que en los primeros momentos de la pandemia tuvieron una forma desorbitada de trabajar "fue una locura, la gente compraba como si se fueran a acabar las existencias de comida, todo esto aumentando la atención telefónica y los pedidos a domicilio ya que era muy poca a la gente que se desplazaba hasta el mercado".
Tras esta compra compulsiva de alimentos durante en confinamiento, la situación se va normalizado. En su opinión, "una ventaja que se encuentra en el Mercado Central y en este establecimiento son las medidas sanitarias por la poca aglomeración de clientes, la ventilación constante con puertas abiertas, desinfección, mascarillas y geles hidroalcohólicos, un punto favorable del comercio de proximidad que ha mejorado con la pandemia. La gente se ha dado cuenta de que hemos estado siempre aquí y que seguimos aquí".
Además, Susana considera que "los salmantinos ahora se preocupan más por la alimentación saludable, y valoran más la calidad y variedad de productos, la gente quiere comer bien y nosotros tenemos muchos productos de Salamanca como puerros, repollo, acelgas, lechugas, patatas o espinacas, vendemos lo de aquí", añade.
No obstante, reconoce que la pandemia también ha provocado problemas en el Mercado Central, ya que "hay negocios que están dañados y que tardarán en recuperarse, hay gente que lo ha pasado mal y lo va a pasar muy mal, y es que el cierre de la hostelería ha hecho mucho daño y aquí hay muchos compañeros que tienen mucho negocio de bar y si ellos no pueden abrir, no venden".
Con esto, esta frutera salmantina da gracias por poder mantener su negocio, aunque sea muy sacrificado: "yo doy gracias a Dios cada día de mi vida por haber trabajado tanto y habernos dejado trabajar, es un alivio enorme".
Fotos de Lydia González