Fechada en el siglo III antes de Cristo, fue la más antigua de la ciudad y recordaba las luchas que tuvieron lugar entre romanos y cartagineses en Salamanca
Las puertas de las murallas suelen ser elementos personificadores de la ciudad antigua, abiertas para facilitar el acceso al la nueva ciudad y suponían el encuentro entre el campo y la capital.
Salamanca perdió no hace mucho sus puertas, conservando sólo el espacio y el nombre que tuvieron. Llegó a tener un total de trece, como la de Zamora, San Pablo, San Juan del Alcázar, la del Río y otras.
Correspondiente al siglo III a. C. es la llamada puerta del Río, de Aníbal o de Hércules, la más antigua de la ciudad, que nos habla de las luchas que tuvieron lugar entre romanos y cartagineses en Salamanca, y de ahí su nombre, relacionado con la entrada de Aníbal en Salamanca durante las luchas.
Frente a ella se levantaba la parroquia de San Gil y las iglesias de San Hervás y Santiago, que aún permanece en pie.
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