Fue conocida como plaza de la Yerba, después como la de San Adrián, de Los Menores y de la Trinidad, nombres de edificios que, en su día, se levantaron en ella
La historia de esta plaza se podría contar a través de los diferentes nombres que ha tenido: plaza de San Adrián, plaza de Los Menores y plaza de la Trinidad, nombres de los edificios que en su día en ella se levantaron. Conocida también en tiempos como Plaza de la Yerba.
Estas edificaciones, y los que las habitaron, llenaron la plazuela de diferentes historias y leyendas. San Adrián fue una iglesia que se levantó en el siglo XII, en el lugar donde hoy día vemos los jardines, construcción de mucho valor artístico y que se mantuvo firme unos setecientos años.
Según van pasando los años a su alrededor se construyen otras edificaciones, de las cuales algunas se mantienen y otras nunca sabremos cómo fueron: La torre del Clavero (siglo XV), la torre de Abrantes (siglo XV), a la que se le da este nombre por confusión con otra torre ya desaparecida que estaba frente a ella; el palacio de Orellana (siglo XVI), el desaparecido convento de los Clérigos Menores de San Carlos Borromeo (siglo XVII), y el convento de Trinitarios Descalzos, (lo que fuera cuartel de la guardia civil, hoy día juzgados), de este convento queda la iglesia de San Pablo, antes conocida como iglesia de la Trinidad (siglo XVII).
A finales del siglo XV se construye en la iglesia de San Adrián una capilla que sirvió de enterramiento a la familia de los Enríquez Anaya y descendientes.
En el siglo XVII un tataranieto de aquellos Enríquez encarga un Ecce Homo para la capilla que pronto empieza a ser conocida como la capilla del Ecce Homo conocido por su fama de Milagroso. De los milagros sucedidos entre aquellas cuatro paredes solo ha llegado hasta la actualidad noticia de dos.
La demolición de la iglesia de San Adrián y el convento de los Clérigos Menores de San Carlos Borromeo a mediados del siglo XIX, dio lugar a una explanada yerma, que fue conocida como plaza de los Menores; hasta que en 1892, con motivo del IV Centenario del descubrimiento de América se colocó un monumento a Colón y se configuró el jardín que lo guarda, tomando el nombre de plaza de Colón.
Siete siglos de existencia son muchos siglos par que no haya quedado de la iglesia de San Adrián algo más que sus presumibles cimientos y alguna que otra tumba bajo los jardines. Las huellas que podemos encontrar en esta iglesia son muchas más de las que cabría suponer.
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