En las últimas décadas del siglo XIX, abría un establecimiento en la plaza del Corrillo y en 1890 aprovecha sus ahorros conseguidos en esta tienda para impulsar una pequeña sastrería en Madrid, en plena calle Preciados, que pasaría a la historia comerci
En las últimas décadas del siglo XIX, Fernando Centenera, un emprendedor alcarreño de Atazón, emigra a Salamanca sorprendiendo su osadía al abrir, recién llegado, un comercio en el centro de la ciudad, en la plaza del Corrillo.
La tienda del emprendedor Centenera se dedicaba a la confección de lujo para caballeros y niños, una sastrería a medida que recibió el nombre de "La Incompetible"
Mal no le fue al alcarreño en su negocio, puesto que en 1890 aprovecha sus ahorros conseguidos en la tienda salmantina y abre una pequeña sastrería en Madrid de 146 metros cuadrados en plena calle Preciados.
Fue ese el momento en que Centenera piensa como llamarla y acierta al poner en los rótulos un nombre que pasaría a la historia comercial española "El Corte Inglés". Posteriormente, la familia Centenera vendió ese establecimiento a Ramón Areces.
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