Las expropiaciones se iniciaron en los primeros años de la década de los cuarenta, comprendiendo un total de treinta casas
Una de las realizaciones más importantes en Salamanca y de las más necesarias en el orden urbanístico, teniendo en cuenta el desarrollo de la ciudad, fue sin duda la apertura de la calle España, popularmente llamada Gran Vía.
El abrir una vía de norte a sur que descongestionase la Plaza Mayor, centro vital de la ciudad y de la que nacían las principales calles y también adecentar un céntrico sector de callejuelas estrechas en la que sus edificaciones estaban irregularmente distribuidas de casas viejas, fue uno de los motivos que impulsó a lo gestores municipales para este proyecto.
Muchas de las calles y casas desaparecieron con este proyecto, como la calle de la Alberca, por donde había trazado su recorrido la alberca de aguas residuales, ya cubierta, que penetraba en la ciudad por la Cuesta de La Raqueta en dirección hacia Santo Domingo.
Las expropiaciones se iniciaron en los primeros años de la década de los cuarenta, comprendiendo un total de treinta casas.
FOTOGRAFÍAS: Cándido Ansede
PRIMERA. Casas que formaban la calle de la Alberca, por donde había trazado su recorrido la alberca de aguas residuales. El otro lado de las casas de la izquierda estaban separadas del edificio de la cárcel, desapareciendo con el trazado del primer tramo de la Gran Vía.
SEGUNDA. En primer término se encuentra la calle de la Alberca. Detrás se puede ver la enorme mole de la cárcel, que sobrevivió al trazado y más allá se divisa la iglesia de Sancti Spiritus y la de San Cristóbal, además del edificio del Noviciado Jesuita construido en 1926.