Este fin de semana tendrán el primer lleno, y para los meses de julio y agosto rozan las reservas del año pasado
Tras tres largos meses de cierre, este jueves 25 de junio reabre sus puertas el Parador de Turismo de Ciudad Rodrigo, al igual que todos los establecimientos de la Red de Paradores. Aunque el global del año para todo el sector turístico va a ser malo por el tiempo que han permanecido cerrados, al establecimiento mirobrigense se le presenta un verano "muy bueno", según señala su directora, Lucía Miguel del Corral.
Sin ir más lejos, este jueves ya recibirán a los primeros clientes, y el fin de semana tendrán el primer lleno del verano, algo que previsiblemente se repetirá bastantes veces, ya que el ritmo de reservas está siendo muy alto, de tal modo que casi ya alcanzan el mismo volumen que el año pasado para los meses de julio y agosto. Quizá la principal diferencia es que por el momento el turismo nacional tendrá más protagonismo respecto al foráneo que en años anteriores.
En este alto volumen de reservas tienen su importancia las ofertas que ha lanzado Paradores, que han tenido un gran éxito. Por un lado, está la campaña de reapertura denominada Veraneadores, que permite reservar habitaciones a partir de 65 euros. Por otro lado, se pueden reservar 3 noches al precio de 2, ó 5 noches al precio de 4. Y por último, todo el personal sanitario (desde médicos y enfermeros a celadores y limpiadores) puede acceder a un descuento muy interesante hasta finales de año.
La reapertura del Parador mirobrigense se producirá cumpliendo "a rajatabla" los protocolos oficiales de seguridad diseñados por el Instituto para la Calidad Turística Española y el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, a las que se han añadido incluso "medidas de refuerzo con el objetivo de convertirnos en el destino turístico más seguro", y que los turistas confíen en la Red: "estamos orgullosos de que los clientes se fíen de nosotros en un momento en el que la salud y la seguridad son lo más importante".
Las medidas de seguridad empiezan desde la misma entrada, donde se han colocado pegatinas en el suelo para marcar la distancia de seguridad, mamparas en el mostrador, lo que se puede considerar una 'hucha' para que los clientes depositen las llaves para su desinfección, así como material de desinfección, y carteles indicando el aforo máximo de cada dependencia. Mientras, en uno de los espacios más populares, el cercano lucernario, se han retirado todos los libros que suele haber, para evitar cualquier riesgo.
También hay cambios muy significativos en el restaurante y la cafetería, donde se ha reducido el aforo al 75%, con mayor separación por lo tanto entre mesas. Además, se han introducido cambios a la hora del servicio de desayunos, comidas y cenas. Por ejemplo, a la hora del desayuno, los clientes tendrán unidosis, y para coger productos del buffet, tendrán unas pinzas individuales desechables. Como otros detalles, los vasos se pasan a colocar boca abajo en las mesas y los cubiertos se entregarán estuchados a los clientes tras haberse desinfectado. También estará estuchado el mando a distancia en las habitaciones.
Como señala Lucía Miguel del Corral, "estamos deseando reabrir después de tanto tiempo para volver a ver nuestros clientes".