La organización ecologista defiende que autorizar la muerte de estos animales es contraproducente con el turismo de su avistamiento
La organización WWF, ante la reciente autorización de caza de 12 lobos en la Sierra de la Culebra (Zamora), critica la falta de apuesta de la Junta por la coexistencia y el desarrollo rural en la zona, cuando Castilla y León es considerada como capital ibérica del turismo lobero y en ella no existe conflictividad con el ganado y sí una creciente economía vinculada a la presencia de este cánido.
El total de 12 lobos a erradicar, tal y como denuncia WWF a través de un comunicado recogido por Europa Press, implica, además, la práctica total eliminación de los ejemplares que habitan la Reserva de la Culebra, y ello a pesar de que el lobo vivo se ha convertido ya en el principal atractivo turístico de la zona.
El colectivo añade que así lo demuestran las diferentes iniciativas que han ido surgiendo en torno a él: empresas de avistamiento del cánido, alojamientos rurales, restaurantes e incluso productos locales con la imagen del lobo como principal reclamo.
"La Junta de Castilla y León apuesta, sin embargo, por acabar con este recurso, contradiciendo el desarrollo ecoturístico contemplado en el Plan de Uso Público de la Reserva. El avistamiento de lobo y el patrimonio asociado a él han convertido a la zona, donde no existe conflictividad con la actividad ganadera, en el destino predilecto a nivel nacional e internacional", continúa WWF.
Para Gema Rodríguez, responsable de especies de WWF, "la medida es inadmisible desde el punto de vista de la conservación de la especie, que es en primer lugar una especie protegida por la Directiva europea Hábitats, lo que obliga a la administración a mantener su Estado de Conservación Favorable, asegurando su asentamiento y dispersión".
Y añade: "Es, además, totalmente incomprensible que en la capital del turismo lobero se maten los lobos delante de quien paga por verlos en su hábitat natural primando los intereses del sector cinegético frente a los del disfrute del patrimonio natural. Matar lobos no es admisible pero es todavía más grave, si cabe, en un lugar donde se ha conseguido asentar una actividad turística en torno a la especie".