Estos montajes de luces en los monumentos formaron parte de una campaña institucional para atraer a los turistas
Un lustro después de la creación del Ministerio de Información y Turismo, la imagen de la Ribera alcanzó su apoteosis. Las fotografías que se muestran, al parecer fueron tomadas paradójicamente por un extranjero desconocido en 1963 y formaron parte de una colección de vistas nocturnas.
En ella se ven las catedrales iluminadas, reflejadas en el río. La iluminación intensa de los monumentos fue producto de una campaña institucional para atraer a los turistas. Las catedrales iluminadas artificialmente responden a una estética oficial que se prepara para recibir la llegada de oleadas de turistas del norte.
El perfil se convierte ahora en un objeto nítido y luminoso, comparado con cualquier "chateau" francés engalanado para un espectáculo de luz y sonido, concebido para unos turistas que no sienten la menor curiosidad por los problemas de la España eterna, sino que buscan un espectáculo al estilo de los "night clubs" de París, Nueva York o las Vegas.
En el modelo tradicional, las catedrales ofrecían un espectáculo subrayado por el sol, ya fuera al amanecer, con los destellos del alba o con las sutilezas crepusculares del sol poniente.
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