En esos años la ciudad apenas había rebasado el perímetro de la vieja muralla medieval, el tren circulaba por la la avenida de Portugal y a su alrededor nada, o casi nada, de los actuales barrios al norte
Al que no la conoce, esta foto puede producirle una profunda extrañeza. Se trata de Salamanca en 1900 y en una zona de grandes cambios. En esos años la ciudad apenas había rebasado el perímetro de la vieja muralla medieval.
Al fondo, tras la línea de árboles del Paseo del Rollo (hoy avenida de los Comuneros) se distingue el puente que salvaba el Paseo de la Estación, dirigiendo las vías hacia el oeste por la actual avenida de Portugal y a su alrededor nada, o casi nada, de los actuales barrios al norte de la ciudad. Más cerca, la escalera de la Cuesta de la Raqueta asoma al Rondín (hoy Canalejas) y al triángulo de tierra que albergaba un joven Parque de La Alamedilla.
La cuesta abajo desemboca en la plaza del Pozo del Campo, apenas distinguible en la imagen, formada por la encrucijada de varias calles, la ronda de Sancti-Spíritus, qué entonces contenía el tramo que hoy conocemos como calle del Cristo de los Milagros y alcanzaba la puerta de Toro, la calle de La Alberca, la de la Cárcel Nueva y la de la Rosa, de la que se observan las fachadas de alguna de sus casas en el primer plano de la fotografía. La gran grieta que abrió la construcción de la Gran Vía, transformó profundamente el trazo de estas calles, desapareciendo muchas y volviendo irreconocibles otras.
Fotografía