Los caballistas imprimieron velocidad a la manada desde el prado del Rocoso y apenas el recorrido superó los diez minutos, la manada se partió en dos grupos y un novillo colorado tardó en entrar a toriles
Emocionante y bonito encierro, el primero de las fiestas de Aldeadávila de la Ribera, festejo que llegaba después de una larga y trepidante noche con un extraordinario desfile de carrozas multitudinario, y la verbena en San Marcos con la Misión. Así se presentaba en la capital de La Ribera el primero de los encierros de las Fiestas del Toro en honor a San Bartolo, con cuatro novillos de Valdeflores, tres negros y uno colorado, bien presentados.
A los pocos segundos de que las campanas del reloj de la plaza dieran las nueve de la mañana, se escuchaba a lo lejos el estallido de la bomba lanzada desde el Rocoso, anunciadora de que la manada había salido del prado. Pero antes, las peñas con la charanga La Escala 2.0 protagonizaba un bullicioso desfile desde San Marcos hasta la Plaza del Cardenal Martín Herrera, convertida estos días en el coso taurino que aloje cuatro encierros y otras tantas novilladas del 25 al 28 de agosto.
Los caballistas imprimieron una buena carrera a la manda, pues en poco más de diez minutos se escuchaba la bomba de San Marcos anunciando que los astados habían entrado en el casco urbano. Instantes después salían de la calle Mimbreros y asomaban por Joaquín González para recorrer los últimos 300 metros del trazado.
La manada se había divido en dos partes, tres novillos con un grupo de otros tantos cabestros, y 200 metros más atrás quedaba el novillo colorado con uno de los mansos. Otro de los cabestros se encontraba aún más rezagado, quedándose a las puertas sin entrar en la plaza. Ya sobre el ruedo, el novillo colorado iba a lo suyo, por lo que se quedó sobre el albero varios minutos mientras el resto de la manda entraba en toriles. Finalmente, tras el trabajo de los mansos y varios aficionados, el de Valdeflores entraba en toriles para ser enchiquerado a la espera de la novillada de esta tarde. El festejo acabaría con la suelta de una vaquilla para los más valientes.
Para esta tarde se espera la primera de las novilladas y cuyo cartel estará formado por los novilleros Arévalo de Pablos y Juan Marciel, este último perteneciente a la Escuela de Tauromaquia de Salamanc. Al finalizar habrá suelta de vaquillas.
Pero la música también ocupará este día un lugar importante, primero con un espectáculo de copla en la ermita de San Sebastián, y llegada la medianoche con una verbena, en esta ocasión con la actuación de la orquesta Nebraska.
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