La verbena de la noche sabatina fue multitudinaria, mientras que la comida dominical reunió a 200 personas
La suelta de vacas de la tarde sabatina no ha sido ni mucho menos el único evento multitudinario de las fiestas vecinales del Barrio Nuevo de este año. La verbena de la misma noche del sábado, protagonizada por la Orquesta Seven, fue de nuevo apoteósica, reuniendo a varios cientos de personas de toda la ciudad que se lo pasaron en grande hasta bien entrada la madrugada, todo ello con una temperatura perfecta.
Ya en la mañana dominical, también se congregó un amplio número de personas en la misa de las fiestas, que este año ha regresado a su tradicional ubicación en los soportales del barrio, después de que en los últimos años tuviese lugar en la Parroquia de Santa Marina. Finalizada la misa, presidida por Efraín Peinado, los presentes se movieron unos metros (hasta las puertas del Centro Cívico de la Asociación de Vecinos) para disfrutar de un convite con platos aportados por los propios vecinos.
A estos actos matinales se apuntaron el alcalde Marcos Iglesias, y los ediles Beatriz Jorge Carpio, Ramón Sastre y José Manuel Jerez. Buena parte de los presentes en el convite, junto con otros cuantos vecinos más, se fueron a continuación al Camping Municipal, donde un total de 200 comensales dieron buena cuenta de una gran paella. A media tarde, se regresará al barrio, para una sesión infantil que incluirá hinchables, un circuito de karts o una fiesta de la espuma con la que se rematará las fiestas.