A lo largo del barrio se habían montado tres altares, incluido uno a las puertas de la Iglesia
Con la procesión de la vecina Parroquia de San Cristóbal todavía en marcha, el Santísimo Sacramento salió también a recorrer en la mañana del domingo las calles del barrio de San Andrés, cuyos vecinos habían preparado un total de tres altares, todos ellos muy cuidados.
Esos altares estaban situados en la confluencia de las calles San Antón y Los Caños, en la calle Mateo Hernández Vegas (donde además del altar en sí había numerosos elementos ornamentales en varios balcones de la vía), y justo a las puertas de la Iglesia de San Andrés. En este último altar, y como es habitual, se había diseñado una alfombra que no fue pisada hasta que llegó el Santísimo en manos de Prudencio Manchado, quién fue el encargado de portarlo durante todo el trayecto.
Además de estos cuidados altares, la procesión de San Andrés destacó por su acompañamiento musical, que no se limitó a los cánticos de los propios fieles participantes, sino que incluyó canciones que se sonaron a través de un altavoz, con lo cual la procesión generó un mayor ambiente por las calles donde pasó, por las cuales se había esparcido bastante tomillo.
Al igual que toda la mañana, durante la procesión hubo un sol radiante acompañado de una alta temperatura, pero en ciertos momentos del desfile (por ejemplo en su parada en el altar de la calle Mateo Hernández Vegas) hubo algunas rachas de viento, muy agradecido por todos los participantes en el mismo.