En otro tiempo la calle de la Rúa no llegaba a lo que hoy es la plaza de Anaya. Su trazo original giraba a la altura de la calle Jesús para dirigirse hacia la plaza de San Isidro y la calle Serranos
En otro tiempo la calle de la Rúa no llegaba a lo que hoy es la plaza de Anaya. Su trazo original giraba a la altura de la calle Jesús para dirigirse hacia la plaza de San Isidro y la calle Serranos, lo que hoy llamamos "Rúa Antigua".
Tras largas polémicas en 1890 pudieron derribarse las últimas casas, corrales, y jardines que cerraban el acceso a la plaza de Anaya. Pronto nuevas edificaciones se levantaron en toda la prolongación de la calle.
A los derribos y a la urbanización sobrevivió la casa del siglo XVI situada entre la calle la Rúa y la de Francisco Vitoria, cuya fachada principal miraba a esta última calle. La pared accesoria que ofrecía su vista a la plaza de Anaya, estuvo situada en un callejón sin salida, recibiendo el nombre de calle cerrada de San Isidro.
Por razones de ornato la pared fue decorada con la antigua técnica de esgrafiado y posteriormente embellecida con un pequeño jardín con valla.
Fue finalmente derribada hacia 1950 y sustituida por el edificio actual en chaflán de estilo historicista de posguerra.
Fotografía: Las torres de la Clerecía desde la Catedral (1932) / Colección del Centro de Documentación Alemana para la historia del Arte.