Momento del homenaje a Juan Manuel Criado
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SOCIEDAD
Actualizado 23/03/2019
David Rodríguez

Masiva asistencia a la degustación de patatas menéas con torreznos, y probadura de chorizo y morcilla

Si el año pasado la Feria de Botijeros estuvo presidida por una desapacible meteorología (tuvo lugar una jornada en la que Ciudad Rodrigo sufrió incluso una crecida del Águeda), la primera de las antiguas Ferias ganaderas mirobrigenses ha contado este año con el cielo como aliado, luciendo un sol radiante durante toda la jornada (excepto un rato durante la sobremesa) que hizo subir los termómetros a temperaturas más que primaverales. De hecho, se pudieron ver unas cuantas mangas cortas por los dos escenarios de la Feria: la Plaza Mayor y la Plazuela del Buen Alcalde.

Fue ese segundo espacio el que concentró la atención durante la mayor parte de la mañana, ya que fue allí donde se desarrolló el hilo conductor de la Feria de Botijeros: la matanza de un cebón. Como ocurre desde hace más tres lustros, la donación del cebón ha tenido detrás al apellido Criado, aunque en este caso no ha podido hacerlo el patriarca, Juan Manuel Criado, fallecido el año pasado, siendo sus hijos los que han tomado el testigo para continuar con la tradición.

Precisamente, para reconocer tan larga colaboración con la Feria, a última hora de la mañana sabatina se brindó un sencillo y sentido homenaje a Juan Manuel Criado en la Plazuela del Buen Alcalde, con unas palabras de recuerdo por parte del alcalde Juan Tomás Muñoz y de la Asociación El Botón Charro, y la entrega a su familia de un ramo de flores.

La matanza

El cebón donado para esta ocasión fue aturdido como es habitual a las puertas de la Casa de la Cultura en el interior de un camión, de donde fue pasado a una furgoneta para ser llevado a la Plazuela del Buen Alcalde. Allí, matarifes de la zona, las hermanas Olaya (Rosario, Pilar y Antonia) e integrantes del Botón Charro se encargaron de realizar las tareas propias de la matanza: el chamuscao, el raspao, el despiezado y el descarnao.

Hay que apuntar que estas tareas, junto al resto de las que tuvieron lugar a lo largo de la mañana (como la cocción del vino dulce y la preparación de la comida), se desarrollaron como novedad fuera de la zona central de la Plazuela, para proteger el nuevo pavimento de caucho que fue colocado en las primeras semanas del año. En ese primer tramo, integrantes de la Unidad Veterinaria de la Junta de Castilla y León procedieron a analizar la lengua del cebón (en las antiguas dependencias de la Policía Local) para comprobar que el animal estaba sano.

Las primeras tareas de la mañana fueron seguidas ya por cierto público, incluido varios turistas. En este sentido, hay que destacar que la Feria contó con dos autobuses procedentes de Zamora desplazados expresamente a Miróbriga para disfrutar de esta Feria (también hubo público de Guadalajara o León). Todos esos madrugadores tuvieron la oportunidad de degustar perronillas, mantecados y aguardiente, que fueron repartidos de forma gratuita por personas implicadas en la organización.

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Los artesanos

Al mismo tiempo que se iban sucediendo esas tareas, por la Plazuela del Buen Alcalde y la Plaza Mayor se iban repartiendo el medio centenar de puestos de artesanía participantes en la Feria. En el primero de los espacios mencionados, casi todos los puestos fueron de productos alimenticios, excepto alguno de bisutería o mantas, y el único que ofrece una exhibición de artesanía en directo cada año: el de las bolilleras de la Asociación Amanecer (que también tenían pulseras y abanicos a la venta).

En lo que respecta a la Plaza Mayor, se pudieron encontrar otro tipo de productos, totalmente artesanales (llegados de Salamanca, Ávila, Zamora, Valladolid, Cáceres, Badajoz, Toledo e incluso Portugal), junto a una de las actividades de animación de la Feria: una serie de juegos tradicionales pertenecientes a la compañía portuguesa Jogo do Pau, con los que pudieron jugar niños y mayores de forma gratuita hasta la hora de comer.

La Feria de Botijeros contó con unos cuantos elementos de animación más. En lo que se refiere al sabor de la tierra, hubo un pasacalles a cargo de la Asociación Roble Charro y otros tamborileros de la zona, que posteriormente actuaron en la Plazuela del Buen Alcalde. Por las calles del centro también se estuvieron moviendo los integrantes del Grupo Zurramacatillo de Arnedo (La Rioja), con sus duendes gigantes y su bicicleta musical, que hicieron las delicias especialmente de los más pequeños.

Doble remate

La mañana de la Feria se remató, por un lado, con la tradicional degustación gratuita de patatas meneás con torreznos, y posteriormente, de probadura de chorizo y morcilla, todo ello junto a un vaso de vino dulce. Debido al calor, este año hubo menos gente esperando con antelación, pero una vez comenzó el reparto, se formó una larguísima cola.

El otro remate fue el sorteo de dos lotes compuestos por un jamón y un lomo cada uno, pertenecientes al cebón protagonista de la matanza. Estos lotes recayeron en los números 2177 y 1665, apareciendo el ganador del segundo de ellos: una señora natural de Ciudad Rodrigo que ahora reside en Zamora (se había acercado en la excursión desde tierras zamoranas). Debido a la buena meteorología (las terrazas de la Plaza tuvieron una alta ocupación), hubo puestos que aguantaron más allá de la sobremesa.

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