La tradicional Marcha promovida por la Delegación Diocesana de Misiones introdujo algunas novedades, como las credenciales
Un año más, la Delegación de Misiones de la Diócesis de Ciudad Rodrigo llevó a cabo en la mañana del último domingo del mes de enero su tradicional Marcha Misionera a Ivanrey, con la cual se suman cada año a la Jornada de la Infancia Misionera que promueven a nivel nacional las Obras Misionales Pontificias.
Este año, tomaron parte en la iniciativa unas 150 personas, entre ellas el Administrador Apostólico de la Diócesis, Jesús García Burillo, los alumnos del Seminario Diocesano San Cayetano, y numerosas familias, que se pusieron en marcha en el patio del edificio de Conde de Foxá del Colegio Misioneras de la Providencia, donde se explicaron las normas de este año.
Como en ediciones anteriores, según fueron llegando al citado patio se entregaron a los participantes unas pañoletas de colores, para posteriormente conformar grupos en función de esos colores. Como novedad, allí mismo se repartieron unas cartulinas de los mismos colores a modo de credenciales de paso, para que fueran selladas en varios puestos repartidos por el camino.
Esos puestos sirvieron además para colocar 'obstáculos' a la Marcha. Por ejemplo, en el primero de ellos (situado en el parking frente al antiguo Centro de Salud) se indicó a los participantes que debían ir hasta el siguiente puesto dados de la mano (en grupos de 4 personas).
Todo el trayecto se desarrolló con la compañía de los rayos del sol, pero también con una temperatura baja. Una vez en Ivanrey, tuvo lugar una eucaristía presidida por Jesús García Burillo. Tras la misma, llegó la hora de desarrollar una serie de actividades a modo de convivencia, que se prolongaron hasta media tarde del domingo.