El tramo entre Penacova y Santa Comba Dão de la IP3 (Coimbra-Viseu) es hoy uno de los más peligrosos del país
Las obras de mejora de la carretera IP3 portuguesa van a comenzar en breve en el tramo entre Penacova y Lagoa Azul (Mortágua), el de mayor siniestralidad de esta vía. El primer ministro, António Costa, y el ministro de Infraestructuras, Pedro Marques, firmaron ayer la adjudicación de esta primera fase de las obras, en un tramo sobre el que se actuará manteniendo el trazado existente. Sin embargo, el resto del trayecto será duplicado. Se quiere que esta carretera tenga un perfil de autovía.
El tramo de la IP3 entre Coimbra y Viseu (77 km) es uno de los más accidentados del país, sobre todo, entre Coimbra y Santa Comba Dão (55 kilómetros), por la sinuosidad del terreno, a pesar de que la siniestralidad se redujo notablemente cuando hace 20 años se construyó un separador central de hormigón entre Coimbra y Oliveira do Mondego (Penacova), un tramo con tráfico intenso, curvas, pendientes y significativa pluviosidad durante varios meses al año, en el que se producían los accidentes más graves.
La IP3 une Figueira da Foz, en el litoral centro de Portugal, con Vila Verde da Raia, en la frontera con la provincia de Ourense. Atraviesa el país en diagonal a lo largo de más de 280 kilómetros, solapándose en algunos tramos con la antigua nacional 2, -en la que se ha creado una ruta turística-, y con la A24.
"Comienza aquí el principio del fin" de esta dramáticamente célebre carretera, dijo ayer el ministro de Infraestructuras, Pedro Marques. "Hoy firmamos el contrato de obra para que ésta comience donde es más necesaria, en la zona más insegura, donde los riesgos son más evidentes, que es en esta zona entre Penacova y Lagoa Azul", señaló el ministro, de visita ayer en la región junto con el primer ministro, António Costa y los ministros de Agricultura y Sanidad.
Esta primera fase está adjudicada por 12 millones de euros y el conjunto de la rehabilitación de la vía está presupuestado en 135 millones de euros que, según dijo António Costa, "será financiada con fondos propios, de los contribuyentes portugueses", es decir, sin apoyos europeos. "Esto es posible porque hoy el país, felizmente, dispone de las condiciones financieras que le permiten aumentar la inversión", declaró António Costa.
"Ya murieron aquí demasiadas personas, desgraciadamente, por accidentes que podían haber sido evitados si se hubiese ejecutado esta obra con más celeridad", afirmó en declaraciones a la cadena TSF el alcalde de Coimbra, Manuel Machado.
Como el primer ministro portugués estaba en uno de los territorios más castigados por los incendios ocurridos en el año 2017, que está siendo objeto de nuevas políticas forestales, quiso recordar que "no nos podemos acordar del interior solo cuando llega el verano y la tragedia de los incendios pone en alerta al país sobre el abandono de estas regiones", señalando también António Costa que éste será un trabajo de varios años.