España importa 32.000 toneladas de miel china, ucraniana o sucedáneos mientras 2.000 toneladas producidas en Salamanca siguen almacenadas, sin precio
Los apicultores salmantinos, convocados por COAG Salamanca, han salido este martes a la calle para volver a exigir un mayor control de las importaciones de miel y un etiquetado que clarifique tanto la procedencia como los porcentajes de mezclas.
Con una concentración de los profesionales apícolas en la Plaza del Corrillo, el coordinador regional de COAG, Aurelio Pérez, se muestra esperanzado en que el preacuerdo alcanzado entre las organizaciones agrarias y las cooperativas con el Ministerio sobre el etiquetado, que saldrá a la luz el 20 de diciembre, clarifique de una vez el país de origen y las mezclas. "Es fundamental, a pesar de que no le guste a la industria o a algunas asociaciones de hobbistas", porque aquí radican todos los problemas de precios del sector, explica.
'En defensa de la miel española, por un sector apícola rentable y sostenible' ha sido el lema de los apicultores en una jornada reivindicativa y de sensibilización en la que Pérez recordó que Salamanca cuenta con unos 500 apicultores, con casi un 90% profesionales, y 4.000 toneladas de miel producidas en un año medio, mientras que han sido 2.800 este año, de las que 2.000 siguen almacenadas sin precio.
Para el coordinador regional, el precio para la escasa miel que se mueve está en unos 2,3o-2,40 euros, frente a los 2,70 que cuesta producir un kilo, por lo que "ante el negocio de unos pocos y la ruina de muchos" hay que cambiar y clarificar el etiquetado para no confundir con las 32.ooo toneladas importadas de miel china, argentina, ucraniana o sucedáneos mezclados. "Para que el consumidor compre lo que quiera, pero con la información suficiente y correcta, algo que ahora no se produce".
Santiago Canete, presidente de la cooperativa Reina Kilama: "El envasador español no apuesta por la miel nacional"
Pésimo panorama para los apicultores salmantinos. Escasa producción española que se encuentra almacenada, y sin precio, porque el envasador español no apuesta por las mieles nacionales. "Si solo el 25% de la miel que se envasa en España fuera nacional se solucionaría el problema de los apicultores".
El comprador sabe que si tarda en comprar, más baja el precio porque los apicultores al final tienen que vender lo que le paguen. "Estamos pasando una crisis grande", lamenta Canete, que asegura que a unas producciones de miel y polen pequeñas -una reducción del 30-35%- se suman tanto la paralización del mercado como unos precios "por los suelos".