Apareció tal día como ayer.
Es algo pretencioso intentar abrir su mochila de viaje e ignoro si es mayor su curiosidad o la mía por los designios del futuro.
Es un joven afilando su madurez, me resisto a creer que los capítulos de sus días tengan más consistencia en historias vividas y sufridas que los relatos que alcanzan su "noche".
Le adivino soñador, doctorando para levar anclas y descubrir nuevos mares, osado, temerario, firme y capaz.
Del bote de un balón a un folio en blanco y viceversa.
A los espíritus inquietos se les desea buen destino y buen camino.