CAMPO
Actualizado 10/04/2018
Redacción

Referente en la elaboración de alimentación animal, esta empresa ha apostado fuerte en la comarca de Vitigudino y construye en esa localidad una planta de última generación de la que saldrá un producto de alta calidad

Narciso Crespo es el presidente de Cuperal, un referente en alimentación animal y que ha apostado fuerte en la comarca de Vitigudino, pues no en vano construye en el polígono alimentario de esa localidad una gran planta de última generación con capacidad para producir 40 toneladas a la hora de un producto de alta calidad. Ello requerirá de una inversión de 9 millones de euros.

¿Cuál es el futuro de la ganadería?

Yo creo que profundizar en el conocimiento de la genética del animal para saber qué necesita y cuanto puede producir dentro de unos criterios de bienestar animal. Y para eso es fundamental controlar la alimentación desde el punto de vista de saber exactamente lo que comen los animales y del coste que ello tiene. O sea producir alimentos con eficiencia económica y hacerlo de manera sostenible. Creo que va a cambiar la manera de producir. Hay que producir con unos criterios de sostenibilidad pero lo primero es la sostenibilidad del ganadero en términos económicos. Producir un kilo de arroz necesita la cuarta parte de agua que producir un kilo de carne. El ganadero controlando la alimentación tiene que saber perfectamente lo que le cuesta producir un kilo de carne.

¿Y en eso los piensos cómo pueden ayudar?

Yo creo que es claro que la tendencia es a mucha calidad y de manera muy natural. Se empiezan a implantar en Europa programas de exención de medicamentos en las explotaciones ganaderas. La sociedad nos demanda cada vez más productos naturales. El mercado manda y yo creo que aquí el mercado no se confunde. El ganadero tiene que escuchar al mercado y los que hacemos pienso tenemos que dar la mejor calidad y la más natural. Estamos casi en el inicio de la cadena alimentaria. Los animales deben consumir productos vegetales. La base de un buen pienso está en unos cereales de primera calidad y yo llevo toda la vida con el cereal. Y de eso creo que puedo hablar con fundamento. Yo quiero que de Vitigudino salga la mejor carne porque se alimenten con el mejor pienso que es lo que queremos hacer.

¿Qué aporta a lo que ya existe la fábrica de piensos proyectada?

Una fábrica como esta, de última generación, es capaz de hacer piensos de altísima calidad. Lo que dará como resultado una calidad homogénea a la carne que es lo que pide el mercado. Esta es una aspiración del ganadero que ahora contará con una alimentación elaborada en nuestra planta para conseguir ese acceso a grandes mercados caracterizados por la exigencia. Nos movemos con una legislación muy exigente y la carne va a mercados exigentes. Por eso la planta tiene que tiene que ser una planta moderna que dé respuestas al momento en el que nos encontramos.

¿Qué grado de modernización tendrá en la planta?

La inversión es muy importante, porque queremos que la fábrica lleve la última tecnología. Creo que los ganaderos están en sus explotaciones por encima de los proveedores de piensos. Las plantas de piensos necesitaban una modernización y era cuestión de tiempo que asumiera una empresa ese reto. Se va a controlar cada una de las fases del proceso de fabricación y se interrelacionarán los procesos para asegurar la trazabilidad de cada uno de los lotes. Eso nos dará un conocimiento perfecto para hacer investigación constante en alimentación animal con varios investigadores. Sin investigación no hay innovación.

¿Ha valorado el riesgo de una inversión de este tipo dado la despoblación que existe en la comarca de Vitigudino?

Ser empresario es una manera de ser, que tiene que ver con cualidades personales que se tienen o no se tienen, no depende más que de las ganas de hacer cosas, no está asociado a tener dinero o tener conocimientos. Depende del carácter de cada uno y de la capacidad para asumir riesgos. El riesgo es inherente al empresario. Debemos, por lo general, mucho más de lo que tenemos, pero la satisfacción de ver las cosas hechas es enorme. Un empresario puede jugarse todo en una decisión. Pero esto que llaman la España vacía necesita empresarios que son los que dan trabajo. El trabajo es lo que llena el vacío de población y la zona de Vitigudino necesita población. Es una cuestión de supervivencia como comarca.

¿Qué gente hay detrás de Narciso Crespo?

Afortunadamente tengo conmigo mucha gente trabajando diariamente muchas horas en este proyecto. Por ejemplo, mis hijas Ana y Beatriz. Viven cada paso, cada decisión, están involucradas en el proyecto, compartiendo los objetivos y el riesgo. Las mujeres tienen una visión del futuro que considero imprescindible incorporar a cualquier proyecto. Trabajan sin reloj y su compromiso con el proyecto es para mí la mejor garantía de futuro.

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