CAMPO
Actualizado 10/04/2018
Marcos Merino

Enclavada entre Cantalpino y Arabayona de Mógica, la cooperativa comercializa patatas famosas por su gran calidad

Enclavada entre Cantalpino y Arabayona de Mógica, la cooperativa Aranpino se erige como referente en el sector de la comercialización de la patata. Sus 64 socios ofrecen unas patatas famosas por su calidad y que priman el sabor sobre la apariencia.

Una media de 35 millones de kilogramos de patatas, 9 millones de kilogramos de maíz, 6 millones de kilogramos de cereal? Los números de la producción de esta cooperativa impresionan. Cuenta con once empleados y una facturación que oscila entre los seis y los doce millones de euros principalmente gracias a la patata, uno de los productos estrella de Las Villas.

Uno de los grandes retos a los que se enfrenta Aranpino es acabar con la preferencia de las patatas 'bonitas' sobre las que presentan un mejor sabor. Tal y como explica su gerente, José Blázquez, "la patata lavada tiene presencia, pero nada más". "La presencia de la patata de aquí no es la mejor, pero la patata se pela y a la hora de cocinar no tiene nada que ver con la patata francesa", explica Blázquez. El terreno y el clima son las claves para conseguir la calidad de la zona de Cantalpino y Arabayona. De hecho, Blázquez asegura que "los cocineros usan siempre patata nacional y, a ser posible, de esta zona".

Apuesta por la calidad

Las grandes superficies han impuesto un modelo de patata con buena presencia. "Ahí no verás patatas como se veían antes en la frutería, donde te las cogían de un saco", explica Blázquez, quien afirma que "hay que explicar al consumidor que porque la patata sea bonita de piel no quiere decir que sea buena".

El sector comercializador de la patata se enfrenta al desafío de poner en valor la patata nacional, algo nada sencillo. "Nosotros no nos hemos organizado para forzar a la gran distribución a que se consuma producto nacional ni tampoco hemos educado al consumidor", señala Blázquez.

Cada año, los agricultores afrontan con preocupación la campaña a la espera de conocer el precio al que podrán vender las patatas. En la última, llegaron a dejarse sin cosechar algunas tierras ante la perspectiva de cobrar por debajo de los costes de producción. Los socios de la cooperativo Aranpino cuentan con la ventaja de recibir asesoramiento desde antes de sembrar. También tienen solventado uno de los aspectos más complejos, el relacionado con los fitosanitarios y abonos. Además, la cooperativa indica el momento óptimo de arranque.

Regadío

Aranpino tiene la mirada puesta en el futuro. Con el inicio del funcionamiento del regadío de La Armuña comenzaron a sembrar maíz en la zona de Arabayona y El Pedroso de la Armuña. Próximamente se pondrá en marcha la segunda fase del regadío, que llegará a la zona de El Campo de Peñaranda, Poveda de las Cintas y Cantalpino, lo que llevará a la cooperativa a adaptarse a los nuevos cultivos que permita el canal. Los primeros pasos de Aranpino fueron dados en 1999. Nació como una cooperativa de segundo grado, integrada por tres cooperativas de primer grado: La Cantalpinesa S. Coop, Hornillesa S. Coop y la Cooperativa Comunitaria del Campo San Miguel Arcángel. Las tres cooperativas decidieron unirse para comercializar su producción, principalmente integrada por patatas, pero también cereal. Actualmente Aranpino dispone de 11 empleados.

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