CIUDAD RODRIGO | A falta de La Carrera, la procesión de la noche del Jueves fue la última con la actual Directiva de la Cofradía
Los cientos y cientos de devotos que tiene en Ciudad Rodrigo el Santísimo Cristo de la Expiración no se quedaron sin verle en la noche del Jueves Santo aunque, lamentablemente, su desfile procesional por las calles mirobrigenes estuvo marcado por las inclemencias meteorológicas, que hicieron que desde el principio se acortase el recorrido, que acabó por recibir también la visita de la lluvia en las inmediaciones de la Catedral.
Las previsiones meteorológicas anunciaban lluvia para la noche del Jueves entre las 21.00-22.00 horas y a partir de la medianoche, pero dejaban una ventana de buen tiempo justo en el tramo en que debía procesionar el Cristo del Silencio, que estrenaba ruedas en su carroza después de alrededor de medio siglo con las anteriores.
Debido a ello, la Hermandad se animó a salir en procesión, aunque recortando desde el primer momento su recorrido. De este modo, en vez de hacer la ruta habitual de los últimos años pasando por la Plaza del Castillo y subiendo la Plaza Mayor para posteriormente ir callejueleando hasta la Catedral, se optó por un trayecto más directo por la calle Gigantes, Rúa del Sol, Plaza Mayor hacia abajo, Cardenal Pacheco y Santa Iglesia Catedral.
Pese a que la noche estaba muy desapacible, ya no sólo por el riesgo de lluvia, sino por el frío que hacía (producto principalmente del viento), cientos y cientos de personas se congregaron en la Plazuela Cristóbal de Castillejo para presenciar cómo la Hermandad sacaba al Cristo del Silencio de la Iglesia de San Pedro-San Isidoro para colocarlo en la habitual carroza para procesionar por las calles mirobrigenses.
En estos momentos iniciales, tuvo lugar la promesa de Silencio por parte de los cofrades, que fue dirigida por el capellán, Ángel Martín Carballo, quién a su vez mostró su agradecimiento a las personas que han integrado la Junta Directiva de la entidad durante los últimos 16 años, liderados en los últimos 8 años por Antonio J. Aguilera, que le dan el relevo a un nuevo equipo, encabezado por Luis Alberto García.
Como decíamos, ante la amenaza de lluvia, se optó porque la procesión hiciese un camino más breve, abierto en todo caso por el caballo que como señalaba hace unos días Antonio J. Aguilera ya se ha institucionalizado por completo en la noche del Jueves Santo en Miróbriga.
La procesión transcurrió sin mayores incidencias hasta que ya se encontraba en Cardenal Pacheco, cuando el cielo empezó a chispear. Justo cuando el Cristo del Silencio entró con su carroza en la Plazuela de Herrasti, comenzó a llover con más intensidad, siendo introducido lo más rápido posible en el Pórtico del Perdón, al igual que el incensario, mientras se empezaban a abrir los paraguas, pertenecientes sobre todo a familiares de los cofrades participantes en el recorrido.
En esos instantes, cayó un intenso chaparrón, siendo muy posible que las procesiones del Viernes Santo en Ciudad Rodrigo también sufran este tipo de inclemencias, según anuncian las previsiones meteorológicas.