Se construyó entre 1611 y 1755, con el nombre de Real Colegio de la Compañía de Jesús y, de hecho, los Jesuitas la habitaron hasta 1767, en que Carlos III los expulsó de España, regresando a su poder en 1854 (GALERÍA DE FOTOS)
La Iglesia del Espíritu Santo fue levantada en una época de decadencia económica y social para la ciudad de Salamanca. Conocida como Clerecía, se construyó entre 1611 y 1755, con el nombre de Real Colegio de la Compañía de Jesús y los Jesuitas lo habitaron hasta 1767, en que Carlos III los expulsó de España. Volviéndolo a habitar en 1854.
Las obras comenzaron a instancias de la reina Doña Margarita de Austria, siendo su objetivo fundar un colegio donde se formaran apóstoles y misioneros para extender la fe católica y combatir la herejía en España.
En el momento de su construcción los Jesuitas tenían una gran influencia en la ciudad, motivo por el que muchas viviendas particulares e iglesias fueran derivadas para poder construir la Clerecía. La leyenda dice que la Casa de las Conchas se salvó de milagro de desaparecer.
El nombre de Clerecía proviene de que debido a ser expulsados los Jesuitas en el siglo XVIII, pasó a ser propiedad de la Real Clerecía de San Marcos, pues en la época medieval los clérigos se agrupaban en organizaciones llamadas clerecías, cuya finalidad era la defensa de sus derechos bajo la protección directa del Rey.
Es un símbolo del esplendor barroco en Salamanca. En su interior se puede contemplar un retablo barroco de José Churriguera y en sus paredes cuelgan lienzos del siglo XVII.
FOTOGRAFÍAS
Esperanza Vicente Macías