Los espacios del negocio de Luis González de la Huebra eran, como los de la Rue du Caire y otros enclaves exóticos, escenarios para la exposición de artículos funcionales y mercancías domésticas, envueltas en un aura de fantasía y elegancia gracias a la tecnología.
La Exposición Universal de 1889 en París facilitó a Huebra el acceso a nuevos objetos, como artilugios eléctricos y mecánicos para el entretenimiento. Si había ofrecido a sus clientes una apariencia de lujo, ahora intentaba estimular en ellos unas ilusiones que los transportasen a mundos exóticos, gracias a la fotografía, las nuevas formas de iluminación, la linterna mágica, igual que con los jarrones, los bronces y los marcos más elegantes. Gracias a la linterna mágica, la galería podía convertir
se en un espacio para la representación, y con la fotografía, las escenas elegantes y misteriosas, se convertirían indefinidamente, como parte del patrimonio familiar.
Fotografías
Fachada de los Grandes Almacenes de Novedades de Huebra en la calle San Pablo.
Cuatro imágenes de un nuevo planteamiento en las fotografías de Huebra, para mostrar los artículos de manera llamativa.
Primer piso de la tienda: sobre el suelo de hierro y vidrio, construido en 1891, donde se exhiben muebles de dormitorio.
Fotos y texto extraído de Luis González de la Huebra y Los Orígenes de la Modernidad.