He estado a punto de escribir 'arqueología filosófica', pero enseguida me he acordado de la última campaña de marketing de una entidad bancaria que viste en rojo y que se basa en el uso y abuso de la palabra "filosofía" y me he dicho: ¡Quieto! No hay que abusar de las palabras. Y menos si son importantes para uno mismo.
Agradezco a Eduardo Ayuso, director de la Editorial Sígueme, la sugerencia que me hizo al salir de la oración fúnebre que tuvimos en el Velatorio del filósofo -¡él sí!- Mariano Álvarez: me recomendó leer el librito "Pensar a Dios", de Holm Tetens, catedrático que fue de Filosofía teórica en la Universidad Libre de Berlín hasta su jubilación en 2015. Es un ensayo de teología racional que pretende justificar la fe en Dios como una esperanza razonable, el Dios de las religiones en general, el Dios cristiano en particular. El autor confiesa que perteneció a círculos de ateos filosóficos, o al menos agnósticos, en lo relativo al problema de Dios y que ahora, al abandonar "el espíritu de la época", naturalista, y dar un giro en favor de la posibilidad razonable de pensar a Dios, muchos amigos le han recibido con sentimientos de extrañeza y hasta de irritación.
Alabo su valentía que me ayuda a seguir pensando a Dios en voz alta, no sólo desde la perspectiva creyente, que para eso estamos en una sociedad abierta, plural y diz que libre, sino también desde la razón filosófica. Desde luego cada uno piensa basándose en las circunstancias y el ambiente que ha escogido o que la vida le ha regalado. Por eso, el pensamiento de Holm Tetens es mucho más valiente. ¿Y cuál es su ambiente?
Una cultura muy secularizada, que ha pretendido enterrar a Dios una y otra vez, añadiendo sarcófago sobre sarcófago, para que fuese completamente verdad aquella proclama trágica de Nietzsche, que también tenía pretensiones de profecía, y que anunciaba a los cuatro vientos que Dios había muerto, que había dejado de ser relevante en nuestra cultura y que "la fe en el Dios cristiano había sido aniquilada". Estos son los "sarcófagos de Dios" que yo imagino en el ambiente berlinés de nuestro autor y que él ha tenido que perforar, paciente y razonadamente; van de dentro afuera, de más antiguo a más contemporáneo, reforzando cada uno al anterior:
- 1- La Ilustración, que secularizó el Misterio de Dios para reducirlo a "Gran Arquitecto ¿masónico? del Universo?", o "Gran Relojero", siguiendo la imagen de la tecnología punta de la época. Alexander von Humboldt, líder de la Universidad que lleva su nombre fue un gran ilustrado, tal vez el más grande, con una acumulación de saberes inimaginable hoy en una sola persona. La Universidad más antigua de Berlín lleva su nombre.
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- 2- El Protestantismo prusiano, muy peculiar, con tendencia a sustituir, en la práctica, a Dios por La Nación emergente que lidera Bismarck.
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- 3- El "NAZIonalismo socialista", ateo o espiritista, en cualquier caso adorador del Estado, del partido de Hitler.
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- 4- La dictadura soviética del Proletariado, "la vida de los otros" controlada por la Stasi. Llegados a este punto, cuando todavía Berlín estaba unificado y el "nuevo" sistema soviético no totalmente implantado, un grupo de profesores y alumnos de la gran Universidad de Humboldt, ahora en pleno sector soviético, decidieron, en 1948, buscar la libertad en los sectores del Oeste de Berlín, fundando la "Universidad Libre de Berlín". Rechazaron la tiranía del marxismo-leninismo, el sistema comunista, pero siguieron creyendo, en general, en el dogma materialista, solo que ya no era el materialismo dialéctico, sino el mero naturalismo, en el que solo las Ciencias Naturales ofrecen acceso al conocimiento de la realidad; o sea, un sistema metafísico con mucho pedigrí y apoyo social.
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- 5- El virus revolucionario, como un culebrón del espíritu, se reactivó en la Universidad Libre de Berlín de la mano y boca de Rudy Dutschke, sintetizando influencias de Marx, Mao y Marcuse, que evolucionaron hacia una utopía socialista emparentada con el famoso Mayo de 1968 en París y, poco después, hacia el ecologismo de Los Verdes. Poco sitio quedaba para el Dios vivo en esta cosmovisión, que tanto ha influido en la juventud europea, también española ?entre los que me cuento-, ahora felizmente jubilada, si no muerta de sobredosis o de aburrimiento?y amplio espacio para su cadáver divino.
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- 6- La discusión sobre la Neurociencia, tan intensa en Alemania, acerca de si hay espacio para la libertad entre las sinapsis neuronales, parece reforzar los dogmas naturalistas; por su parte, la Globalización económica, impulsada por el gigante chino en duelo florentino con el norteamericano, infiltrado todo por los hackers de Putin, tampoco deja mucho espacio a Dios, ni mucho menos a su misericordia. Y, para colmo, después del 11 de septiembre, Dios "se ha creado" una imagen de violento y de cruel, que provoca verdadera alergia a la palabra "Dios" entre la gente de bien, cuanto más a un Dios personal.
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Todos estos "sarcófagos de Dios" han sido perforados, paciente y razonadamente, repito, por Holm Tetens?Pero no me crean a mí. Lean su libro: Holm Tetens, Pensar a Dios. Un ensayo de Teología racional. Ediciones Sígueme. Colección Verdad e Imagen Minor, Salamanca, 2017, 140 páginas (pequeñas).