Yo y mi silencio en esta soledad llena de esquilas, rosas y galápagos. Paseo con mi sombra. Voy conmigo. Errático ingeniero de lo humilde, al pie del puente, canta un chamariz: respiro en su sonora dignidad procesionando el sol recién nacido. La carretera es una escolopendra de tono azul tendida en lo amarillo. Mis ojos son canicas que ahora ruedan desdibujadas sobre el horizonte. Dentro de mí despierta el encinar.