Es una pena ver esta fuente así, en el bulevar de Balmes, aunque todo el paseo es una lástima, tal parece que se hubiera jubilado el jardinero que hace unos años andaba por aquí, como los chorros resplandecía, oiga. Está dejado de la mano este bonito lugar, acaso tratando de emular el abandono que se aprecia si te asomas a uno de los lados: las ruinas donde en tiempos se asentaban unas humildes pistas de atletismo, que eso es otro cantar del que hablaremos algún día.