Cuando el 15-M ocupó las plazas de toda España, y su influencia llegó a medio mundo, algunos (muchos) en esta ciudad y en las demás, los llamaron perroflautas, sucios, asamblearios, terroristas y no sé cuántas cosas más y ninguna bonita, cuando dijeron qu
¡Democracia real ya! ¡no hay pan para tanto chorizo! ¿se acuerdan? Eran algunos de los eslóganes que se corearon por calles y plazas de la España de final del segundo mandato de Zapatero. A algunos no les gustó que se metieran en el mismo saco a populares y socialistas ¡PSOE, PP LA MISMA MIERDA ES! Se gritaba y claro, los socialistas ponían el grito allá arriba para diferenciarse de la cantidad de mierda que tenían encima. Tenían
Mientras tanto emerge una nueva fuerza política: PODEMOS que hasta ahora no ha hecho otra cosa que amansar a las fieras, tranquilizar las aguas propias, mientras las ajenas se emponzoñan más sin extrañarnos nada de que la encuesta del CIS les asigne como posible primera fuerza política en intención de voto. Muchos nos alegramos de que así sea por ellos, pero demuestra que del 15 y 22 M no hemos aprendido lo fundamental: el pueblo deja de pensar haciendo que otro gobierno lo haga por él y remiende lo que no hemos sido capaces de hacer entre todos. PODEMOS entrará en la rueda de feria del sistema de la representatividad demócrata-capitalista y terminará engullido por él y si no entra es porque el poder real: el del dinero ni siquiera le abrirá la puerta. Espero equivocarme y desdecirme, me alegraré, pero soy pesimista y creo que dejar que nos lo resuelvan todo otros no es la mejor medicina para esta democracia moribunda, si es así y hay que volver a otro 15-M o 22-M no dudaré en hacerlo puesto que todavía queda mucha corrupción por
desenmascarar, incluida la local (lo sabemos todos) con temas como los del depósito de aguas de Campoamor, Gran Hotel, Vialia, cementerio? y más recientemente, el affaire de El Corte Inglés, todos ellos sancionados por la ley que dicen defender y de los que alguien tendrá que responder ante los ciudadanos de los costes, sobre todo sociales y políticos que han ocasionado, sin contar con el hundimiento de Caja Duero. Los alcaldes y la oposición, que son y han sido de Salamanca lo saben, y como siempre, la culpa es del mensajero que puso la denuncia en el juzgado: Ecologistas, Verdes y Equo que se muestran inasibles al desaliento y con el PSOE, casi invariablemente, mirando para otro lado. Siempre intentando matar al emisario mientras la corrupción sigue galopando, ¿hasta cuándo y dónde?