Consideran que esta técnica entraña riesgos para el medio ambiente y pone en peligro la vida en el medio rural
La Alizanza UPA-COAG se muestra contraria a la técnica del fracking para la extracción de gas no convencional en Castilla y León.
Esta organización se opone a la utilización de la fractura hidráulica porque "supone asumir importantes riesgos medioambientales y para la salud de quienes viven en los pueblos y del modelo de vida de las zonas rurales".
Esta OPA considera que "no existe información suficiente que desmonte la idea de que se trata de una técnica agresiva de realización de explosiones en el subsuelo para la ruptura de rocas e inyección de un fluido a elevada presión que contiene agua, arena y productos químicos como benceno, xileno, naftaleno y otros".
Este fluido tiene una fase de retorno que emerge a la superficie junto al gas y que puede oscilar entre el 15 y el 80 % del líquido inyectado, por lo que la parte no recuperada del fluido permanece en el subsuelo, desde donde "podría migrar hacia la superficie o hacia los acuíferos".
Piden que no se concedan permisos
Ante las dudas sobre los "riesgos que conlleva esta técnica y la falta de información que existe sobre los efectos reales de estas perforaciones", esta organización solicita a las administraciones que no concedan permisos para iniciar estos trabajos porque "consideramos que es muy perjudicial para los pueblos y para el conjunto de ciudadanos que vivimos y trabajamos en el medio rural".
Las consecuencias de la perforación de gas no convencional a través de pozos utilizando arena y miles de metros cúbicos de agua, además de productos químicos, "puede ser nocivo para el medio rural".
En este sentido, La Alianza UPA-COAG recomienda "mucha prudencia a las administraciones a la hora de permitir que se trabaje de esta manera". Según la OPA, "están en juego principios básicos como una agricultura y ganadería sostenible, aguas subterráneas limpias y no contaminadas, y el mantenimiento del paisaje y del entorno natural".