Las medidas que el Gobierno ha ido tomando tienen diversas y variadas consecuencias y todas dirigidas en la misma dirección: perjudicar al más débil. Primero fueron los despidos multitudinarios y más tarde los desproporcionados ERES, que se apadrinaron maquillados bajo la intención de sanear las empresas y cuyo logro ha sido el aumento del paro y la precariedad e inestabilidad en el empleo.
Los trabajadores que tienen la suerte de conservar el puesto de trabajo han visto reducidos sus salarios y aumentado la jornada laboral. Al mismo tiempo, las empresas han incrementado la productividad y rebajados los costes salariales, por tanto sus beneficios han aumentado a pesar de la mala gestión en algunas de ellas.
Pero los empresarios parece que no tienen bastante, quieren más: El señor Rosell, distinguido Presidente de la COE, tiene la osadía de pedir que se aumente la cuota de la parte que abona el trabajador a la Seguridad Social y se disminuya la que pagan las empresas. Si sigue en esa línea, lo siguiente será que el trabajador lo haga gratis o, lo que es peor, que pague por acudir al puesto de trabajo. ¿Le hará caso el gobierno??
El último episodio que apoya este tipo de propuestas lo tenemos en Madrid. Se adjudica la concesión de la recogida de basuras a tres empresas que hacen una oferta temeraria, rebajando un 40% el pliego de condiciones en beneficio del Ayuntamiento de Madrid, no de los madrileños que siguen pagado lo mismo. Ahora, para rematar la faena, estas empresas pretenden que los platos rotos los paguen los trabajadores, 'quitándoles' un 40% de su salario y despidiendo a más de 1.100 personas. En estas condiciones ¿se va a realizar un buen servicio? Y culpan a los trabajadores por ir a la huelga Y la señora Alcaldesa de Madrid de rebote, como siempre a uvas ¡Viva la privatización de los servicios!