Cada día en mi ciudad algo cierra, se volatiliza, se quita o nos lo quitan, ya casi no es noticia, se vende o se alquila, que encima ni lo uno ni lo otro como
En los funerales culturales, mi ciudad, apenas llora. Casi siempre fueron muertos que le vinieron de arriba, muertos de otro, que no llegan a más que a un cabezazo de acompañamiento ante la sentida pérdida, de despedida y para
En la muy culta siempre hemos sabido que nacemos aprendidos, y ese desdén infecta y enfermiza. Otro desdén es el que desde
Me apena lo poco que se añoran magníficas exposiciones, (Neobarrocos, Comer o no comer, Mona Hatoum, Erwin Olaf, Roland Fischer?) conciertos o funciones memorables y aún más como con naturalidad nos retrotraemos a unas culturas pacatas, provincianas donde parece que lo único importante es que el centro del cultivo sean algunos pedantes que entienden la cultura solo como un motivo para
Ya sé que pasaron los tiempos de los fastos, la edad de oro, la cultura del espectáculo, que hay que administrar el gasto, pero en tiempo del desgaste, el despilfarro debe transformarse en inversión, el espectáculo en formación
Creo en una cultura que hace crecer al hombre, excelsa, profunda, compartida, esforzada, solidaria, justa, amante del progreso del conocimiento, del gozo de los sentidos, de la apertura de mentes.
Si algo debiera de tener claro esta ciudad es que su historia se macla en la cultura y también su futuro. Alguien dijo, a pesar de la contradicción, que cuando oye la palabra cultura sale corriendo, la verdad es que en mi ciudad cuando te das cuenta de los que muchos entienden por cultura midiendo su ñoñez, no queda otra que iniciar