"La gente piensa que ser voluntario no vale para nada, prefieren otras cosas. Pero es una experiencia irrepetible"

Se llaman Marta Galán, Mireia Rodero, Alba Romero y Ruth Familiar. Ellas son tres ejemplos de lo que supone el voluntariado de Cruz Roja, de quitarse tiempo de su vida y sus amistades, para dárselo a los demás, siempre de manera desinteresada y tratando de generar un empuje positivo y dinámico con quienes comparten sus días.

Preguntarles por como se hicieron voluntarias es una respuesta tan distinta como diferente ya que, tal y como afirma Marta, “mi madre trabaja en Cruz Roja y fue ella quien me empujaba a vivir uno de los campamentos de verano. Intente animar a todas ellas para hacerlo juntas y hasta ahora” mientras que el resto aseguran que “siempre nos ha gustado estar con niños, la educación social y en definitiva ayudar un poco a la gente”.

Hoy las cuatro desarrollan actividades festivas infantiles, además de apoyar los diferentes programas de ayuda a la infancia y los jóvenes que esta desarrollando la Asamblea comarcal de Cruz Roja en Peñaranda.

“Tenemos mucho que estudiar, ya que estamos en 2º curso de Bachillerato, pero siempre que podemos estamos aquí y ayudamos en todo lo que nos piden, no nos cuesta nada” aseguran.

Hoy, la falta de voluntarios y apoyos juveniles es mas que acusado. Ejemplo de ello es lo que relatan estas cuatro jóvenes: “El año pasado estuvimos nosotras con 50 niños o quizás más en un campamento. En momentos como ese se nota la falta de voluntarios. Son muchos los pequeños que tenemos en Cruz Roja y pocas manos para poder sacarlo adelante, sería muy bueno poder contar con más”.

“Parece que hoy la gente piensa que esto del voluntariado no vale para nada, prefieren hacer otras cosas yo creo” asegura Marta, mientras que, ante esto, mandan un mensaje claro a los jóvenes: “Al final te lo pasas muy bien con los pequeños. Es una experiencia vital irrepetible”.

“El verano pasado conocí a un niño que era mas bien rebelde…conseguí acercarme a el y ganarme su cariño…hoy le estoy echando mucho de menos. Situaciones así te marcan y te hacen disfrutar y valorar mas la vida” asegura emocionada Marta.

“Nosotras vamos a seguir, da igual si estudiamos fuera o no. Trataremos de estar siempre que podamos para ayudar” explican las jóvenes, quienes lanzan un mensaje a la juventud de la provincia, afirmando rotundas que “al final, siendo voluntario de Cruz Roja acabas disfrutando y aprendes mucho. Es una muy buena experiencia vital, que te ayuda a conocer a mucha gente y ganar amigos”.