Peligro y diversión se funden en las calles moralejanas

Desde que el pasado miércoles dieran comienzo las fiestas de San Buenaventura en la localidad cacereña de Moraleja, las elevadas temperaturas han sido una de las grandes protagonistas en estas fiestas que para nada han impedido el desarrollo normal de ellas.

Tras una noche llena de música y actos taurinos para los noctívagos, la jornada diurna del viernes estuvo protagonizada por reses de la ganadería local de Victorino Martín conocida como los ‘Patas Blancas’, que protagonizaron un bonito encierro con momentos de tensión cuando varios corredores no aguantaron la carrera de los astados y cayeron al suelo, provocando la caída de otros compañeros que sortearon ese momento sin mayores consecuencias de algún raspón y pequeñas magulladuras.

El encierro fue bastante unido, quedándose los cuatro toros detrás de los mansos que adelantaron a lo largo de recorrido, quedándose uno de ellos descolgado de la manada provocando momentos de peligro hasta finalmente llegar al coso taurino construido en el centro del casco urbano.

Estas reses serían lidiadas por la tarde en una corrida de rejones internacional por Sebastián Fernández, Salgueiro Da Costa (triunfador de la temporada 2021 en Portugal) el mexicano Emiliano Gamero y Mariano Pérez Langa.

A estos diestros les acompañaron los Forcados de Arronches, que actuaron una vez terminada la faena de cada uno de los jinetes.

La tarde, estuvo protagonizada en el referente taurino por la suelta de un toro colorado de la ganadería de Alcurrucén donado por el Colectivo de emprendedores de Moraleja.

Un toro que protagonizó una salida espectacular de toriles desde la Plaza de España y que poco a poco fue recorriendo las demás calles, protagonizando momentos de peligro en unas concurridas rúas en la que público y aficionados disfrutaron a lo grande de esta cultura tradicional.

La noche continuó de nuevo para los amantes de la noche con la orquesta Slam y un ‘bolo’ del televisivo Kiko Ribera, hijo de la tonadillera Isabel Pantoja y el malogrado matador de toros Francisco Ribera (Paquirri)