Sábado, 20 de abril de 2024
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Una mujer buena
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POR MARÍA FUENTES

Una mujer buena

Actualizado 06/07/2022 10:08
María Fuentes

Se fue una mujer buena. Se fue Mari Carmen García Cobaleda, la bella esposa del maestro Santiago Martín ‘El Viti’ y los corazones de quienes la queríamos hoy ya sienten su ausencia. Qué bonito es querer desde el amor y desde el respeto, desde la humildad que abarcaba su grandeza humana que pocos seres pueden alcanzar.

Dolió la noticia la tarde del pasado viernes, ese viernes 1 que era la casilla de salida del cálido julio. Demasiado pronto, Mari Carmen. El dolor fue plural para alguien tan conocida como querida. Tan pura como excepcional. Todo lo que hizo Mari Carmen fue de verdad, y lo seguirá siendo allá donde esté.

Su mirada era la de la bondad. Siempre su sonrisa era cobijo. Sus gestos eran reflejo de una profunda ternura. Ella huía de los focos y del protagonismo. Nunca los quiso. Ella sabía ser mujer, madre, abuela, amiga y leal desde la inteligencia, la clase y la humildad más absoluta. Sabía como nadie ser el bastón de un gran hombre que hoy anhela su pérdida, pero mantiene su figura erguida para luchar en su honor sin dejar de admirarla. Fue fiel a él en las buenas y en las malas a lo largo de los más de cincuenta años que han compartido juntos. Siempre.

Nuestra última conversación ya sonó a despedida. No dejó de luchar, ni de sonreír, aunque estas últimas semanas solo pudiera hacerlo a través de sus ojos. Qué lección de dignidad. Qué herencia tan grande para esta maravillosa familia que ahora llora su pérdida.

Hoy recuerdo esa frase que firmó San Agustín en ‘La Ciudad de Dios’ que decía que “el tiempo vivido es un pellizco dado a la vida, y diariamente disminuye lo que resta: de tal forma, que esta vida no es más que una carrera hacia la muerte”. Llegaste a la meta, Mari Carmen. La fe te acompañó hasta ese último instante en el que tu alma emprendió el viaje.

Vuela alto querida amiga. Fuiste ejemplar en todo. Abraza fuerte ahí arriba a todos con los que ya compartes nueva vida. Gracias por tanta generosidad y tanto cariño hacia los míos y hacia mí. Descansa. Luz eterna para ti.