Llegan a Casasola los seis astados que protagonizarán el encierro a caballo
Tres son utreros y los otros tres han cumplido cuatro años el pasado mes de diciembre
En la tarde del lunes se dio la bienvenida a Ciudad Rodrigo a los seis astados que protagonizarán el domingo 27 de febrero el evento más esperado del Carnaval del Toro mirobrigense: el encierro a caballo. Tal y como se anunció la semana pasada, esos seis astados pertenecen a la ganadería zamorana de Toros Villalpando, en cuya finca fueron cargados los animales en la mañana del lunes, llegando a Ciudad Rodrigo en el tramo inicial de la tarde.
Los astados fueron descargados –sin ningún problema- en las dependencias del Centro Ecuestre Casasola, entidad que se encargará precisamente de la organización del encierro a caballo (por un precio de 4.000€ más IVA). Como primer paso de esa organización se encuentra la recepción de los astados para que a lo largo de las próximas semanas se vayan hermanando con los bueyes de Juan Luis Montero ‘Perita’ con los que compartirán carrera, primero en el tramo de campo, y posteriormente en el tramo urbano en dirección a la Plaza Mayor mirobrigense.
Según expresaron en la tarde del lunes los caballistas responsables del Centro Ecuestre Casasola, los hermanos Manuel y Juan Luis Perita, los primeros movimientos con toros y cabestros fueron “satisfactorios”, resaltando que habían sido fáciles de llevar, haciendo caso a los bueyes, y respetándolos. Estos primeros pasos de los toros en Ciudad Rodrigo fueron presenciados in situ por varios concejales de la Corporación Municipal: Ramón Sastre, Víctor Gómez, Carmen Lorenzo y Begoña Moro.
Como se puede ver en las fotografías y en los vídeos, los astados son grandes y de buena presencia, contándose con tres animales jaboneros y tres de color negro. Por edades, tres son utreros y los otros 3 han cumplido 4 años en diciembre. Hay que apuntar que en la memoria propuesta por el Centro Ecuestre Casasola al Ayuntamiento mirobrigense (que acabó por ser aceptada), se planteaba que si era posible los animales debían tener un máximo de cuatro años, y con un peso no excesivo “para que éste no sea un impedimento para su manejo”.