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José Luis Retana Gozalo coge el mando del rebaño de la Diócesis de Ciudad Rodrigo
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CIUDAD RODRIGO | DIÓCESIS

José Luis Retana Gozalo coge el mando del rebaño de la Diócesis de Ciudad Rodrigo

Actualizado 08/01/2022 16:07
David Rodriguez

Por 1ª vez desde la restauración episcopal de 1950, Ciudad Rodrigo estrena un Obispo que previamente ya era Obispo titular de otra Diócesis

Después de tres años de Sede Vacante (desde que Raúl Berzosa presentó su renuncia el 16 de enero de 2019), la Diócesis de Ciudad Rodrigo vuelve a contar desde la mañana del sábado con Obispo, José Luis Retana Gozalo, que este domingo asumirá también el cargo de Obispo de Salamanca, quedando ‘unidas’ ambas Diócesis in persona episcopi, según determinó el Papa Francisco el pasado mes de noviembre contraviniendo los deseos civitatenses de seguir contando con un Obispo exclusivo como venía ocurrido desde la restauración episcopal de 1950.

Ese ‘rechazo’ por parte de unas cuantas personas a esta nueva fórmula fue posiblemente una de las causas (otra seguramente haya sido la pandemia, ya que hay bastantes personas contagiadas) de que la toma de posesión de José Luis Retana Gozalo haya estado muy alejada en lo que a la asistencia de personas se refiere de las ocasiones previas en que Ciudad Rodrigo ha recibido un Obispo, que registraron asistencias multitudinarias.

En este sentido, el aforo de la Catedral de Santa María durante la celebración litúrgica de la mañana sabatina no se llegó a cubrir del todo (se había limitado a 500 personas, todas ellas sentadas), y el paseo previo desde el Palacio Episcopal hasta la Seo directamente ‘no tuvo’ espectadores, en claro contraste a lo ocurrido por ejemplo en la toma de posesión de Raúl Berzosa en 2011, a la que asistió incluso el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera –también es cierto que en aquella ocasión la celebración tuvo lugar un sábado por la tarde-.

Ese breve paseo, abierto por un grupo de charros (que previamente habían estado bailando a las puertas del Palacio Episcopal) estuvo marcado por un intenso frío, que una vez más volvió a recibir en Ciudad Rodrigo al Nuncio Apostólico del Papa en España, Bernardito Auza, como ya ocurrió cuando presidió la celebración de San Sebastián en 2020. El Nuncio fue uno de los participantes en ese paseo previo junto al todavía Obispo electo, José Luis Retana, al Administrador Apostólico de la Diócesis, Jesús García Burillo, y dos canónigos de la Catedral (Tomás Muñoz Porras y Rafael Caño Santos).

Antes de entrar por primera vez a la Seo, saludaron en la Plazuela de Herrasti a parte de las autoridades asistentes (otras llegaron un poco más tarde). Por parte del Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo, asistieron a la toma de posesión el alcalde Marcos Iglesias y los concejales Beatriz Jorge Carpio, José Manuel Jerez, Ramón Sastre, Laura Vicente, Paola Martín Muñoz, Víctor Gómez, Davinia Montero, Vanesa Muriel, Juan Tomás Muñoz, Begoña Moro, Jorge Labajo y Carmen Lorenzo.

Por parte de otras administraciones, estuvieron la subdelegada del Gobierno en la provincia, Encarnación Pérez, el procurador en las Cortes de Castilla y León Juan Luis Cepa, y el diputado provincial Manuel Rufino, asistiendo asimismo el Jefe de la Policía Local Narciso Caridad; el Teniente General de la Guardia Civil Juan Luis Pérez y su Capitán en Ciudad Rodrigo, David Lafuente; y la rectora y la secretaria general de la Universidad Pontificia de Salamanca, Mirian Cortés y Laura Magdalena.

Asimismo, estuvieron en la Catedral responsables e integrantes de las delegaciones de la Diócesis de Ciudad Rodrigo, los trabajadores de la Curia, los alumnos del Seminario, religiosas de varias congregaciones, y representantes de varias de las Cofradías de Semana Santa y de la Cofradía de San Sebastián. Aquellos sin visión directa del altar tuvieron la oportunidad de seguir en varias pantallas la retransmisión televisiva de TRECE (también Radio María emitió la misa en directo).

El inicio de la celebración

En lo que respecta a la primera entrada en la Seo, Bernardito Auza, José Luis Retana y Jesús García Burillo fueron recibidos en el Pórtico del Perdón por el Colegio de Consultores y el Cabildo Catedralicio, encargándose el Nuncio de presentarles al nuevo Obispo según marca el protocolo. En ese momento, el presidente del Cabildo, Ángel Martín Carballo, dio a besar el Lignum Crucis (es decir, la reliquia de la Cruz de Cristo) a José Luis Retana, a quién también ofreció agua bendita para que rociase a los allí presentes.

Tras ello, entraron unos instantes a rezar a la Capilla del Santísimo Sacramento, antes de salir de nuevo de la Seo en dirección al Seminario , donde se cambiaron, y donde se inició –ya con señal televisiva de TRECE en directo- la procesión de entrada, en la que tomaron parte los cerca de un centenar de sacerdotes y vicarios participantes (un total de 95, de diversas Diócesis, que fueron repartidos en la Seo por el presbiterio y por los dos laterales de la nave central) y los Obispos y arzobispos asistentes, en torno a una veintena.

En concreto, asistieron, los arzobispos de Valladolid, Ricardo Blázquez; Burgos, Mario Iceta; y Oviedo, Jesús Sanz; y los obispos de Santander, Manuel Sánchez Monge; Zamora, Fernando Valera; Sigüenza-Guadalajara, Atilano Rodríguez; León, Luis Ángel de las Heras; Osma-Soria, Abilio Martínez; Albacete, Ángel Fernández; Bilbao, Joseba Segura; Vitoria, Juan Carlos Elizalde; Guarda, Manuel da Rocha; Aveiro, Antonio M. Moiteiro; y Viseu, Antonio Luciano dos Santos.

De igual modo, estuvieron presentes los eméritos de Sigüenza-Guadalajara, José Sánchez; Jaén, Amadeo Rodríguez; Albacete, Ciriaco Benavente; León, Julián López; y Segovia, Ángel Rubio; los obispos auxiliares de Valladolid, Luis J. Argüello; Madrid, Santos Montoya; y Toledo, Francisco César García (todavía electo); el administrador diocesano de Coria-Cáceres, Diego Zambrano; y el Provincial de los Padres Paúles, José Manuel Villar.

La toma de posesión

La celebración en la Catedral comenzó con unas palabras de Jesús García Burillo, quién dio la bienvenida a José Luis Retana (“esta Diócesis te acoge con el afecto religioso y con el cariño con el que recibe siempre a sus pastores”), recordando que es “una Diócesis pequeña, pero consciente de ser Iglesia de Jesucristo”, y que su vida, “aunque afectada por la disminución y envejecimiento de la población, así como por la situación general de secularización, se desenvuelve con normalidad en sus estructuras y organismos pastorales”.

A continuación, Bernardito Auza (que presidió el tramo inicial de la celebración), quiso recordar que, con la figura de in persona episcopi, “la Diócesis Civitatense mantiene íntegra su personalidad jurídica y canónica, y todas sus estructuras que la catalogan como una Diócesis”. Auza dio las gracias “por su dedicación” a Jesús García Burillo (“ha sabido anteponer el bien de la Iglesia a su bien particular”), mencionando también a Francisco Gil Hellín (Administrador Apostólico de junio de 2018 a enero de 2019), para apuntar que “en ningún momento ha faltado a esta Diócesis la presencia de un Obispo”. En torno al nuevo prelado, resaltó que “conoce bien la tierra, su historia y las necesidades”.

Tras ello, tuvo lugar la toma de posesión propiamente dicha de José Luis Retana, que fue diferente a las producidas desde la restauración episcopal de 1950, ya que ha llegado como Obispo titular de otra Diócesis (la de Plasencia), a diferencia de lo ocurrido con sus siete antecesores, que como mucho llegaron como Obispos auxiliares de otra Diócesis. Así, no hubo ya que ordenarle Obispo, siendo todo más simple. Para empezar, el Nuncio pidió que se mostrasen al Colegio de Consultores, y posteriormente fueran leídas por el Canciller-Secretario de la Diócesis, Prudencio Manchado, las Letras Apostólicas en la que se nombra a Retana como nuevo Obispo Civitatense.

A continuación, todos los presentes, encabezados por la Coral Dámaso Ledesma, cantaron Gloria, honor a ti, Señor Jesús, momento en que el Nuncio invitó a Retana a sentarse en la cátedra de la Seo, haciéndole entrega del báculo (una pieza que perteneció a Jesús Enciso, prelado civitatense de 1950 a 1955), oficializándose su toma de posesión como nuevo prelado. Para completar ese momento, representantes de los sacerdotes, de las religiosas y de los fieles-laicos se acercaron a la cátedra para manifestar su adhesión y afecto al nuevo Obispo, todo ello mientras repicaban las campanas de la Catedral.

La homilía

A partir de ahí, se desarrolló con normalidad la misa, que contó en el Altar Mayor con un ‘Cristo moribundo’ del primer cuarto del siglo XVII. En lo que respecta a la homilía de José Luis Retana, que abrió con un saludo a todas las autoridades con las cuales “desde hoy deseo compartir, en colaboración leal, un servicio a las personas desde las instituciones que cada uno de nosotros representamos”, dejó caer que “el Obispo, la Iglesia, mi diócesis, mi parroquia, es como es, no como me gustaría que fuera; sin esta actitud de aceptar la realidad como es, es imposible la adoración ni el verdadero encuentro”.

Sobre esa “novedad e incertidumbre” que supone ser Obispo de dos diócesis, recordó que es “novedad para todos, para vosotros y para mí, y todos deberemos aprender a vivirla con sencillez”, incidiendo en que esta novedad “no tiene detrás ninguna consigna o estrategia”. Retana dijo que “el único criterio para optar por la solución más adecuada, no es otro que el bien de nuestras comunidades diocesanas”, deseando que “ojalá todos nos pongamos a la búsqueda no de reivindicar derechos mirando al pasado, ni de prevenir temores mirando al futuro, sino de abrir caminos en el único presente que tenemos entre las manos”.

El nuevo Obispo aseguró que “estaré no sólo disponible sino realmente dispuesto a caminar con estas dos Iglesias hermanas con todas las consecuencias”, pidiendo “paciencia y comprensión a la hora de querer abrazar de veras vuestra vida”, esperando que “nadie experimente en mi ministerio episcopal un préstamo de la Diócesis vecina, sino una entrega sincera y real, de toda mi vida a toda la vuestra”. Asimismo, confía en saber “cuidar de todas las ovejas, del rebaño que se me ha confiado”.

Dentro del capítulo de agradecimientos, se emocionó a la hora de mencionar “a los amigos más íntimos”, y mencionó especialmente “el afecto, la generosidad y la disponibilidad” de Jesús García Burillo. Por último, anunció que “deseo contar con todos”: sacerdotes, seminaristas, comunidades de vida contemplativa, y consagrados, pidiendo “poner en el centro de nuestros desvelos a los pobres”.

Como cierre de la celebración (que duró unos 100 minutos en total), todos los presentes en el presbiterio del altar se giraron hacia la imagen de la Virgen de la Asunción que hay en el ábside del templo, para cantar el Salve Regina. Tras ello, todos los sacerdotes y Obispos iniciaron la procesión de salida, de nuevo por el Pórtico del Perdón hacia el Seminario Diocesano (debido a la situación sanitaria se suprimió el saludo de los fieles al nuevo Obispo en el interior del templo). Durante unas horas, la Diócesis de Ciudad Rodrigo seguirá teniendo un Obispo exclusivo, hasta que en la tarde del domingo José Luis Retana se haga cargo también de la Diócesis de Salamanca.