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José Amador Martín, hágase la luz
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El colaborador de Salamanca Rtv al Día publica 'Salamanca, elogio de la luz'

José Amador Martín, hágase la luz

Actualizado 02/01/2022 10:31
Charo Alonso

Fotógrafo y poeta, impulsor siempre de la cultura salmantina, José Amador Martín publica un hermoso libro de textos e imágenes fantásticamente compuesto por la también fotógrafa Carmen Borrego

Amador acaricia con su mirada azul, su mirada compasiva y comprensiva de poeta de la fotografía, de fotógrafo de la poesía, el Salmo 119 con esa unción con la que recorre los pasos de su ciudad bienamada, aquella que retrata transcendiéndola entera: “Tu palabra es una lámpara a mis pies, es una luz en mi sendero”.

Charo Alonso: Amador, ¿nunca se acaba esta tu Salamanca?

José Amador Martín: Mi tema es la ciudad, la ciudad de la luz, y aunque la haya contado tantas veces sigo y sigo…

Carmen Borrego: Si alguien ha pisado las calles de Salamanca buscando la luz ese eres tú, no hay otro.

J.A.M.: A mí la gente me conoce como el que va a todas partes con la cámara, pero no sabe que durante el día yo trabajo, que cuando voy a hacer fotos es al amanecer, al atardecer… Aunque en realidad me da lo mismo la hora porque la luz se encuentra en cualquier momento. Si sabes encontrarla, la luz está ahí.

C.B.: ¡Pero en ese momento hay que estar ahí!

J.A.M.: Sí. Yo no tengo todo el tiempo del mundo. Tengo que trabajar, aunque es cierto que busco los momentos. En verano voy caminando desde Valdelagua hasta Salamanca, busco el amanecer y el atardecer, y me sucede que dejo de disparar dos segundos el obturador y cae el sol.

Ch.A.: Tus impresionantes amaneceres y atardeceres de la ciudad se exponen en la Sala Protagonistas del Ayuntamiento de Santa Marta.

J.A.M.: En Santa Marta hay un espacio espectacular donde se ve la ciudad de una forma increíble. Habría que hacer un mirador ahí porque la vista es privilegiada. Recuerdo un atardecer en el que el sol salió entre las nubes de tormenta y yo estaba ahí… No es que prevea los días de lluvia, por cierto, nos mojamos los dos, la cámara y yo, pero sí se trata de estar ahí muchas veces, tener tiempo para pensar, saber lo que quieres… Yo ni tengo todo el tiempo del mundo ni un equipo fotográfico impresionante. Tengo el ojo que ve, el dedo para apretar y el cerebro para pensar.

C.B.: Para eso hay que tener conocimiento de la luz, de la ciudad, de la fotografía. Hay que estar ahí, conocer los lugares, saber dónde mirar.

Ch.A.: Amador ¿Cómo concebiste “Salamanca, elogio de la luz”?

J.A.M.: Ha sido un proceso largo que se gestó en los tiempos de la pandemia. Esa situación de no tener luz, estar sin clases, sin trabajo, confinados, no poder salir a recorrer la ciudad… de ahí nació, de la necesidad de la luz.

C.B.: Y mira si tiene que ver la pandemia que yo empecé tarde a trabajar en él, porque precisamente enfermé de coronavirus y todo el trabajo de selección y maquetación tuvo que retrasarse.

Ch.A.: Todos coincidimos en que el trabajo para seleccionar y disponer las imágenes con este cuidado, esta dedicación con la que textos y poemas dialogan con las fotografías es sublime, Carmen, ¡Y recorrer el libro a través de las estaciones…!

C.B.: Era inevitable contar una historia a lo largo del año, era la vida de la luz a través de las estaciones retratando el paso del tiempo. Se trataba de contar la historia del deseo, la búsqueda de la luz… En esta ciudad que Amador se sabe como nadie.

J.A.M.: La tarea de la maquetación, la creatividad, la sensibilidad y la profesionalidad de Carmen han sido decisivas, sus parámetros estéticos han dado al libro un realce que hace que no sea un álbum de fotografías y textos, sino un ejercicio de belleza. La combinación de los colores, de fotos grandes y pequeñas, de textos en prosa y en verso, ha puesto en valor mi trabajo fotográfico y literario para que nada pierda su importancia.

Ch.A.: Ella te conoce muy bien y conoce tu obra, permíteme decirte que ha trabajado las fotografías como si fueran suyas, con una enorme generosidad. Ambos fotógrafos, dedicados a Salamanca…

C.B.: ¡No me cambió nada! Bueno, solo una cosa. Ha sido un trabajo precioso. Quiero pensar que los dos compartimos la mirada fotográfica con la que vamos por las calles de Salamanca.

J.A.M.: Carmen supo interpretar mis sentimientos totalmente, y ha sabido valorar cada imagen. Si algo defiendo no es que las imágenes de “Elogio de la luz” sucedan en un instante, sino que este es un libro de vida. Son las emociones que pasan en estos paseos, en estos instantes de mucho mirar y de mucho saber. Este libro trata de retratar el tiempo.

Ch.A.: Y lo conseguís, es un libro que emociona con cada página. Y un libro maravillosamente bien editado, muy hermoso, muy logrado.

J.A.M.: El trabajo de maquetación no se apreciaría sin el de impresión. Rogelio Álvarez, gerente de “Gráficas Valle 2020” ha hecho una labor de magnífico profesional a la hora de elegir el papel, de cuidar el color, la saturación, la limpieza, el tiempo de secado, la encuadernación… Cada ejemplar de este libro es un deleite para el espíritu gracias a esta combinación de elementos.

Ch.A.: Cuentas con el apoyo de la Concejalía de Turismo del Ayuntamiento de Salamanca y de la Diputación.

J.A.M.: Cuando se lo planteé a las instituciones, tanto el concejal de Turismo como Ana Suárez enseguida se interesaron para que fuera una referencia de la ciudad.

Ch.A.: Es que en esta ciudad de grandes fotógrafos, Amador, tú la retratas como nadie. ¿Crees que esta es tu antología definitiva?

J.A.M.: Quizás sí porque está pensado en el tiempo de la pandemia, con deseos de volver a la luz que la situación nos había quitado. Ha sido un tiempo muy oscuro… Quizás este libro es un principio y un final que abre la puerta a otras cosas y es diferente por la unión de las imágenes y los textos ¡El siguiente será distinto!

Ch.A.: Antología porque ahí está el Amador fotógrafo, el poeta, el columnista en Salamanca Rtv al Día que nos habla de fotografía, de luz, de literatura. Eres parte de la cultura de Salamanca a través de la radio, de tu labor como divulgador de la poesía junto a Alfredo P. Alencart que te escribe una introducción así como nuestro admirado doctor de la mirada Marcos Robles…

J.A.M.: Este libro se ha hecho con el apoyo de muchos a quienes debo todo el agradecimiento. Para mí ha sido como componer una sinfonía sobre Salamanca, un elogio no solo de la luz, sino de la ciudad que es la ciudad de la luz. Es un acto de amor a Salamanca, como lo son todas mis fotos, un elogio a su luz ya sea en la niebla, en la intensidad, en la sombra… es la luz la que muestra los monumentos de Salamanca, sus ángulos, sus cúpulas, sus edificios llenos de detalles y de historias, porque cuando vemos un monumento de Salamanca, si nos limitamos a ver la portada, nos perdemos los detalles.

Ch.A.: Tengo la suerte de relatar tus fotos en nuestros itinerarios salmantinos. ¿La gente aprende la ciudad a través tuyo?

J.A.M.: Creo que sí, la gente ve mis fotos y dice ¿pero dónde está este convento de San Francisco? No saben lo que hay en la ciudad, como este lugar, que es una de las ruinas más románticas que hay.

Ch.A.: Amador, ahora cualquiera hace fotografías, cientos de fotografías…

J.A.M.: Yo he aprendido, y eso que pongo muchas fotos en redes, a valorar las fotos en papel. No quiero acumular miles de fotos en el ordenador para nada, ni entrar en el juego agotador de los me gusta… No me sirven tantas fotos guardadas y eso que lo tengo todo organizado. Soy de esos fotógrafos que siempre recurren a la cámara, odio eso de hacer fotos con el móvil porque el móvil está destrozando la fotografía que para mí es arte.

Ch.A.: Arte es este libro vuestro. ¡Qué hermosa portada!

J.A.M.: Además de a la ciudad, a sus monumentos y paisajes, rindo culto a lo popular, a la fiesta… a los colores de la celebración. La portada es una fiesta de la luz en Monterrubio, una noche en la que encendieron antorchas, bengalas… Todo para celebrar el triunfo de la luz y quise que fuera así la portada.

C.B.: ¡Es una paradoja que el elogio de la luz comience con la oscuridad!

J.A.M.: Eso quiero que lo vea la gente, hemos hecho un buen trabajo, Carmen. Y esa portada es importante, un elogio de la luz con fondo negro. Es como ese poema mío que dice “Enciende una luz/ al final de esta guerra”. Recuerdo a Tomé, el gran fotógrafo que me dejó tanta huella. Él decía que yo era el fotógrafo de la luz. Manuel Marcos Robles, dice que la luz está en el principio y origen de la vida. Este libro nació de un tiempo de oscuridad.

Ch.A.: Y la fotografía es la escritura con la luz, Amador.

J.A.M.: Sin la luz no hay vida, sin la luz no hay fotografía. La fotografía es luz y la luz es vida, la vida es la luz. Es lo fundamental. Mientras haya luz, hay vida, aunque vayamos a la oscuridad… aunque lo sepamos.