Casi lleno en los tablaos de la Plaza para disfrutar del toro sufragado por sus constructores

Con un sustancial cambio en la meteorología respecto a las jornadas anteriores, ya que el día amaneció nublado y con una temperatura un poco más baja (aunque el descenso no ha sido tan brusco como el esperado), Ciudad Rodrigo abrió en la mañana del Martes la última jornada de su Carnaval 2020 con el clásico Toro del Aguardiente, que sigue ganando adeptos.

En este sentido, hay que resaltar que los tablaos del ágora mirobrigense estaban prácticamente llenos en el momento de la salida al coso taurino del astado de la ganadería de José Cruz (Cabezal Viejo) que este año era el Toro del Aguardiente gracias precisamente a los constructores de los tablaos, que son quienes han sufragado su coste.

El Toro, aunque quizás en presencia no era tan espectacular como otros toros del aguardiente, sí dio mucho más juego, dejando muy buen sabor de boca a los que madrugaron para verle. El Toro estuvo de salida unos cuantos minutos en la Plaza, interactuando con él varios recortadores (uno de ellos sufrió un inoportuno resbalón, estando a punto de ser cogido), antes de tomar la calle Madrid en dirección al Registro, donde estuvo otros cuantos minutos.

A continuación, el Toro se asomó a la calle Madrid, pero volvió al Registro, antes de poner rumbo otra vez a la Plaza, donde fue turno para unos cuantos maletillas. Tras ello, se dejó 'descansar' al astado unos minutos en mitad de la Plaza. En su vuelta a la actividad, decidió 'perdonar' a un hombre que no fue capaz de subirse a tiempo a una barrera.

Aunque parecía que el evento podía acabar ahí, el Toro del Aguardiente volvió a enfilar la calle Madrid, donde estuvo unos minutos más antes de regresar al ágora. Esta tercera presencia ya fue más breve, ya que enseguida salieron los bueyes para buscarle, algo que consiguieron sin demasiados problemas. El evento se dio por finalizado a las 10.05 horas, tras 65 minutos de duración.