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Béjar ha perdido el espíritu de El Señor de El Bosque
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JESÚS ARANA

Béjar ha perdido el espíritu de El Señor de El Bosque

Actualizado 19/01/2019
Jesús Arana

Las enfermedades, la endogamia y las mil excusas que tratan de justificar lo injustificable de la matanza en El Bosque

Hoy he estado en El Bosque y he vivido una sensación de pérdida, de vacío. Muchas veces no veía a los ciervos, pero el sólo hecho de saber que estaban llenaba de espíritu la villa renacentista, hoy algunos buitres revoloteaban en el cielo, oliendo la muerte. Lo ocurrido lo he sentido profundamente y me consta que ese sentimiento es compartido por muchos, a algunos los conozco, a otros no.

La frecuencia con la que íbamos a disfrutar allí y la observación pausada de la naturaleza del recinto nos hizo conocerlos a cada uno, no tenían miedo, estaban acostumbrados a la presencia humana; después de 20 años, formaban parte de El Bosque, eran sus habitantes.

Tras unos días oyendo excusas de lo inexcusable, informaciones del Sr. Concejal en la radio diciendo que los habían matado a todos, disculpas esparciendo basura de un lado a otro, no me queda más remedio que pronunciarme sobre lo que pienso de todo esto.

Los asiduos en El Bosque sabíamos que se iba a hacer un descaste, pero las autoridades decían que se matarían algunos animales y dejarían varias hembras y dos machos que serían cambiados por otros dos ejemplares de otra finca, hasta ahí me parece correcto, porque si había unos 43 ciervos, no los 70 que ahora se dicen, cuanto menos podemos decir que eran los justos que podía acoger un espacio cerrado de 33 hectáreas como El Bosque. Por tanto quitar algunos entraba dentro de lo razonable.

No tanto porque tuvieran sarna, como también se ha dicho, porque este año había tan sólo tres o cuatro animales enfermos, lejos de la cantidad otros años. Además, hay que tener en cuenta que la sarna no es una enfermedad que se contagie de los ciervos a otras especies, y ni siquiera que se transmita entre ellos mismos, porque en ese caso habrían estado todos contagiados y yo hice fotos unos días antes, en las que se puede ver que no todos tenían sarna. Esta enfermedad de la piel en los cérvidos se cura sola, no hay peligro ni para las personas ni para los burros.

También se ha hecho referencia a la endogamia, es verdad, porque todos eran descendientes de los primeros ciervos que se introdujeron en El Bosque de forma irregular, pero no pasa nada por ello, eso no es una dolencia, solamente causa algunas malformaciones que se aprecian sobre todo en las cuernas que salen con bases muy anchas y puntas muy finas.

No me pueden decir que no había pastos para los ciervos porque entonces me sobran los 20 burros y las ovejas que causan muchos más destrozos que ellos, y presuntamente se trata de animales de particulares que todos en Béjar sabemos de quien son. He visto burros famélicos, a todas luces enfermos y sin ningún control veterinario. En El Bosque se han muerto animales a los que se ha quemado sin dar parte y sin analizar cómo y porqué han muerto o qué enfermedades tenían y si eran peligrosas para los seres humanos o para otras especies. Allí los ciervos no tenían controles veterinarios, es verdad, pero los burros tampoco.

No se podían soltar porque eran ilegales y tenemos los alrededores llenos de venados, los hay en la Peña de la Cruz, en la Dehesa de Candelario, y en la Garganta del Oso hay ciervos y corzos. No se podían soltar?, tampoco creo que se pudieran matar así y lo han hecho.

Lleno de melancolía recuerdo que ha habido temporadas en las que los asiduos a El Bosque les poníamos nombre a los ciervos que veíamos durante varios años seguidos, conocíamos a 'La Tonta', 'El Chulo', 'El Miura', este último un ejemplar espectacular que un día apareció sin cabeza, nosotros lo denunciamos y no tardaron en quemarlo, sin intentar averiguar de qué había muerto, si por una flecha, un tiro o envenenado. El Bosque siempre ha sido un territorio comanche.

La batida de venados se tenía que haber hecho en tiempo y forma

El descaste era algo asumido y hasta cierto punto correcto, aunque había otras alternativas, pero lo que me más me ha enervado ha sido la forma de hacerlo, he visto imágenes que me han puesto al borde del llanto, animales sanos atacados por perros, un bareto, que es un ciervo de dos años, en la plenitud de su vida, arrastrado a dentelladas; he lamentado profundamente haber visto a otro perro agarrado a una hembra preñada, escenas dantescas que han inundado las redes sociales, en páginas al alcance de cualquier niño, que no pueden sino levantar la ira de cualquier persona de bien.

Los perros no saben qué venados tienen sarna o no, cuáles sufren endogamia o si son crías, y mucho menos qué hembras están preñadas y me consta que había bastantes, por lo que el asesinato ha sido doble. Una época de gestación y cría es siempre una época de veda para casi todas las especies, la batida debería haberse hecho antes de la berrea y por tanto antes de la época de celo, matar hembras preñadas es un delito grave que yo casi considero terrorismo animal.

De El Bosque los ciervos no tenían salida, puede haber mil formas de matarlos y han elegido la peor, podían haberlos cargado en un camión y llevárselos a un matadero, podían haber organizado una cacería en condiciones, en tiempo y forma, seleccionando a los animales enfermos o viejos, con un biólogo que indicara cuales eran esos ejemplares, dedicándo más tiempo y por supuesto, avisando a los vecinos. Pero de ahí a una jauría de perros?

No puedo poner en duda que se hayan pedido los permisos correspondientes, pero si dudo mucho que la Junta y su Consejería de Medio Ambiente, hayan autorizado algo así, y si lo ha hecho también habrá que pedirles responsabilidades, igual que a la empresa de dudoso prestigio que se ha prestado a semejante masacre, y si ha existido tal veterinario, no estaría mal también saber su identidad, así como la de la empresa de transportes que ha recogido a los animales y a qué carnicería se los han vendido, porque tiene que tener una licencia especial para vender carne de venado y porque no olvidemos, que han dicho que se trataba de ejemplares enfermos que podían contagiar a otros e incluso a las personas, y que estaban ilegales en El Bosque, por tanto cuidado que no pase nada con quien se los coma.

Es una pena, y no quiero finalizar sin recordarles a las autoridades que los ciervos de El Bosque eran un recurso turístico, innumerables veces he visto a gente mirando por encima del muro a ver si los veían y creo que para un niño no hay cosa más bonita que ver un ciervo correr, y también deben recordar que el maltrato animal está penado por la ley. Todas las personas que no respetan la naturaleza no merecen ningún respeto de sus congéneres.

Jesús Arana

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