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El Museo de Automoción prorroga hasta mayo su exposición temporal de motocicletas
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Más de 12.000 visitas

El Museo de Automoción prorroga hasta mayo su exposición temporal de motocicletas

Actualizado 31/03/2018
Redacción

La muestra '60 años de velocidad en Salamanca' podrá verse hasta el 20 de mayo

El Museo de Historia de la Automoción de Salamanca ofrece una nueva oportunidad para disfrutar de la exposición '60 años de velocidad en Salamanca. Colección de motocicletas Manolo Cachorro'.

Tras su inauguración el pasado mes de diciembre, la muestra ha sido visitada por más de 12.000 personas, que han podido disfrutar del homenaje a este referente en el mundo del motociclismo salmantino y a su colección compuesta por 31 motocicletas.

Debido a la gran afluencia y demanda existente por los aficionados del motociclismo y clubes de toda España, la exposición se prorrogará hasta el mes de mayo con el objetivo de facilitar la visita a la misma, aprovechando los distintos puentes y festividades próximas.

Cabe recordar que con motivo de esta exposición, y continuando con las actividades que muestran gran interés y expectación entre el público que visita el museo, se ha organizado un concurso de fotografía en la red social Instagram, bajo el titulo #60añosdevelocidadenSalamanca. Todas aquellas personas interesadas en participar, podrán publicar sus fotografías con piezas de la exposición hasta el próximo 25 de abril, a las 12:00 horas. No existe un límite de fotografías, por lo que cuantas más se envíen, más oportunidades se tendrán para poder acceder al premio; que consiste en una noche de hotel para dos personas. Para más información y consulta de las bases: @igerssalamanca.

Manuel Iglesias Pampliega nació en Salamanca, el 19 de abril de 1936, donde pasó su vida y desarrolló su trayectoria profesional, falleciendo en el año 2011. Ya, desde muy joven, sintió una profunda pasión por las motocicletas, ayudando a su padre Francisco, con tan solo nueve años, en el pequeño taller de torno y fresado que regentaban en la avenida de la Paz. Mecánico autodidacta, profesional adelantado a su época y empresario, fue distribuidor de significativas marcas comerciales como Ducati, Ossa, Beta, Yamaha y Kawasaki, entre otras. En su taller se formaron muchos de los mecánicos que desarrollaron su actividad profesional en Salamanca. Con la marca Bultaco llegaría a ser semioficial para el campeonato de España de velocidad, participando en campeonatos nacionales y pruebas internacionales, en Madrid, Valencia y Bilbao.

Como mecánico desarrolló, en su propio taller, tecnologías innovadoras y muy avanzadas para la época, desarrollando modificaciones y trabajos muy valorados como la admisión por láminas, la admisión por válvula rotativa y refrigeración líquida.

Su motocicleta Ossa Yankee 460, creación particular y pieza única en el mundo, le proporcionó las mejores crónicas de la prensa especializada del momento. Destaca su primera obra, la Ducati 50 TT de motocross, con válvula rotativa fabricada por él mismo con los mejores desarrollos adquiridos a base de largas pruebas y ensayos.

Desde el nacimiento de las carreras de La Bañeza, en 1954, y hasta los años noventa, como piloto en la categoría de clásicas, Cachorro participó asiduamente en este singular evento motociclista. Su última carrera, en 2009, coincidiendo con el 50 Aniversario del Circuito Bañezano, culminaría su faceta como piloto, recordándolo con su ilusión intacta a pie de pista, entre las motos clásicas, haciendo retumbar su motor.

A principios de los años sesenta Manuel Iglesias Cachorro, junto a los compañeros Carlos Hernández López, José Hernández Monago y Julián Molina, formó parte de un grupo de pilotos extraordinarios que pertenecieron a la Escudería "La Charra". Compitieron, en los años sesenta, por los circuitos españoles, entonces todavía urbanos, trazados en las distintas capitales, corriendo todos con sus Bultaco sobre pavimento de adoquín y entre balas de paja. En 1965, tras la muerte de Julián Molina, en un accidente durante una carrera en Ávila, el grupo se retiró de la competición.

Cachorro siguió compitiendo en contadas ocasiones, pero ya nunca con la asiduidad y el empeño puestos hasta 1965, compaginando su trabajo de mecánico, con su afición al coleccionismo y a la restauración de sus propias motos. Tras abandonar la competición apoyó a otros corredores noveles y preparó numerosas motocicletas que corrían superbikes, motocross, trial, enduro, scooters y pruebas de resistencia.

Las historias de las carreras, los esfuerzos y sacrificios, el trabajo, la ilusión y los momentos entrañables con amigos, son recuerdos de vivencias que constituyen un verdadero tesoro en nuestra memoria.

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