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Con Antonio Colinas, en la intimidad del Manolita Café
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a las 20.00 horas, en la calle Palominos, 21

Con Antonio Colinas, en la intimidad del Manolita Café

Actualizado 31/05/2017
Amalia Iglesias Serna

El poeta leerá sus poemas y conversará con la ensayista y crítica Amelia Gamoneda este jueves, 1 de junio

Decir hoy Antonio Colinas es nombrar a un clásico vivo, un poeta imprescindible para quien quiera acercarse a la gran poesía de las ultimas décadas en nuestro idioma. Poeta de consenso que está muy por encima de grupos, tendencias, corpúsculos y guerrillas generacionales, la suya es una voz que perdura y se afianza en la autenticidad, que crece con la fuerza de la palabra que viene de muy lejos, que arraiga en una gran tradición, de la nuestra y de otras lenguas, que se sabe misterio y perplejidad de armonía en plenitud. Sus ansias de absoluto, su perpetua búsqueda del conocimiento a través de la belleza y de la belleza iluminada por el conocimiento hacen de él un poeta único, reconocido como una de las voces más consolidadas ahora mismo en nuestro idioma.

Decir hoy Antonio Colinas es nombrar también al más contemporáneo de nuestros poetas si tenemos en cuenta aquello que decía Marina Tsvietáieva de que "no es contemporáneo quien refleja su tiempo, sino el que lo crea". Y Colinas crea tiempo en cada uno sus poemas, edifica remansos contra la barbarie y la banalización, defiende el sentido sagrado de la palabra poética y su sentido ético, desde la conciencia de que "el viaje esencial del conocimiento no es otro que el viaje interior". Filosofía y poesía se funden en sus versos, con sentido místico y metafísico, (como muy bien ha sabido ver Ilía Galán en un ensayo reciente), la poesía como plegaria, como oración cívica y humanista, profundamente humanista, apegada a los misterios del ser, a sus raíces, a sus "ruinas fértiles", poesía como contemplación "que nos certifica que somas algo más que seres para la ceniza", poesía de la sacralidad de la naturaleza, de la celebración del arte y la creatividad en todas sus dimensiones (la música, la pintura, la literatura,?)

Con una trayectoria de coherencia impecable y cinco décadas de aventura literaria en su equipaje, Colinas es un poeta ineludible y necesario, en libros de poemas ya míticos como Preludios a una noche total, Sepulcro en Tarquinia, El río de sombra, Canciones para una música silente, y tantos otros? que se pueden transitar en su Obra poética completa, publicada por Siruela en 2016, o espigar en la estupenda antología Lumbres, editada recientemente en Salamanca con motivo del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana que le fue concedido en su XXV edición. Sin olvidar que además de la poesía, ha transitado diversos registros literarios de no menor importancia que van de las novelas (Un año en el Sur, Larga carta a Francesca), o los libros de relatos (El crujido de la luz, Leyendo las piedras,?), a sus libros de viajes (Ibiza: la nave de piedra, Salamanca. Cuatro tiempos, La simiente enterrada. Un viaje a China,?), a sus ensayos (El jardín y sus símbolos, La nieve en los ojos,?), sus estudios biográficos, sus aforismos, sus Tratados de armonía, sus Memorias del estanque, sus antologías, sus apreciadas traducciones? Una obra diversa y profunda, multidisciplinar y minuciosa, un camino donde se fusionan tendencias y contrarios creativos. Una impresionante trayectoria atravesada toda ella por un mismo impulso poético, por un latido y un aliento tan personal como suyo: un universo creativo que no es el de un "constructor" sino el de un "elegido" para la magia de la palabra y la trascendencia de su sentido.

Escuchar a Antonio Colinas siempre es volver a un manantial de armonía y música sublime, su palabra poética tiene la capacidad de transportarnos en el espacio y en el tiempo pero también de reconocer nuestro propio espacio y nuestro tiempo en sus versos. Tenerlo como habitante de esta ciudad de Salamanca es una suerte para esta ciudad de la poesía, poder escucharlo ahora en la intimidad de un café de nombre unamuniano ("piensa el sentimiento y siente el pensamiento") sin duda será una ocasión más para la belleza.

Su obra, aunque reconocida y premiada desde hace décadas, empieza a cosechar ahora los más altos reconocimientos a su serena y sólida trayectoria, con premios y homenajes importantísimos como el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2016 ya citado, el Premio Nacional de Poesía, Premio de la Crítica, Premio Castilla y León de las Letras. Llegarán otros.

Amalia Iglesias Serna

(Premio Adonais 1984 y último Premio Ciudad de Salamanca de Poesía en 2016)

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