Una nueva fuente ‘adorna’ la fachada del Arca Madre

En los últimos meses, el edificio mal llamado Arca Madre, ha sido objeto de obras de restauración. Se trata de un edificio histórico documentado, del siglo XVI, realizado en cantería y que abastecía de agua a la ciudad unido a un acueducto ya desaparecido.

En una observación ocular, se ve que se ha desbrozado la zona, actuación que era necesaria, dado que la hiedra se estaba apoderando de las paredes, con la consecuencia perjudicial que tiene este elemento vegetal sobre los muros. Sin embargo, también se puede ver que se ha añadido una fuente en el exterior, un adorno postizo que nunca estuvo ni se esperó que estuviera. Supongo que del gusto del actual concejal de obras, que utiliza los sobrantes de otras obras para añadir estos elementos manieristas, enmendando la plana a la sobriedad del molduraje clasicista proyectado por un maestro cantero de la importancia de Diego Torres.

La realización de intervenciones en bienes históricos, patrimoniales y culturales, debe ser escrupulosamente cuidada, no se puede hacer sin estudios previos, sin la opinión de expertos o simplemente colocando adornos que desvirtúan la composición original, sólo porque a alguien se le ocurra la feliz idea de que tal o cual elemento quedaría bonito, o por aprovechar materiales apara que así se puede inaugurar algo nuevo, de cara a la galería.

Los equipos de gobierno deben tener visión de futuro, en lo que al patrimonio se refiere

Podemos pararnos a pensar lo que supondría económicamente para Béjar que se hubiera conservado el acueducto, que el Palacio Ducal tuviera aún sus torreones principales, o que la Puerta de la Villa o la Puerta de la Traición se hubieran protegido. Estaríamos hablando de una ciudad con una riqueza que en los tiempos actuales tendría un incalculable valor para sus habitantes, para los negocios hosteleros, para el comercio, para el turismo..., pero gobiernos poco sensibles con estos temas, o amigos de políticas de inauguración a corto plazo, han llevado a su destrucción en muchos casos y a la falta de mantenimiento, en muchos otros.

Tratamos de justificarlo queriendo pensar que eran otros tiempos, en los que la sociedad de entonces no valoraba lo antiguo, considerándolo viejo y optando por la modernidad, pero, señores, otras poblaciones, si protegieron su patrimonio, o lo reconstruyeron cuando los avatares de la historia o el paso del tiempo marcaron su huella. Hoy en día, esas poblaciones, sacan partido de sus recursos patrimoniales, mientras Béjar languidece buscando a la desesperada una oferta turística que poder mostrar.

Son las instituciones las que tienen que ocuparse de hacer las cosas bien, desde los Ayuntamientos hasta la Junta de Castilla y León, a la que se ve poco preocupada por las inversiones en el patrimonio de las pequeñas poblaciones. Ésta es una de las regiones de España con un mayor valor monumental y quizás, ese sea el motivo por el que no importan tanto los vestigios de las zonas rurales, sin darse cuenta de la valía que eso supone para sus moradores y para su desarrollo.

Hace algunos meses, el Bosque fue visitado por técnicos de patrimonio de la Junta, que no mostraron el más mínimo interés en la realización de catas, obligatorias en la mayoría de las comunidades cuando se realiza una obra civil, cuanto más cuando se va a realizar una intervención pública en un BIC. Entonces me pregunto, si ni siquiera los "expertos" de la Junta se preocupan, ¿en quien vamos a confiar para que nuestros bienes culturales se protejan adecuadamente? Si en el Ayuntamiento hubiera habido un técnico municipal especialista en estos temas, habría podido discutir de igual a igual con ellos, habría podido argumentar, con criterio, sobre la importancia de esas catas en un momento crucial de la intervención, que más tarde será inviable hacer y habría podido mirar por los intereses del patrimonio bejarano.

Como he dicho antes, Castilla y León es una de las regiones de España con un mayor patrimonio monumental e histórico, difícil de mantener, pero aquí es donde la pericia de los Equipos de Gobierno Municipales, entra en juego, ejerciendo su labor de "defensa de los intereses de los ciudadanos", tomando las riendas de las reivindicaciones ante instituciones superiores, para proteger lo autóctono y ayudar al desarrollo sostenible de la comunidad, proporcionando las herramientas necesarias para que esas reivindicaciones prosperen, no añadiendo fuentes a elementos arquitectónicos que ya son una riqueza en si mismos, sino preocupándose de delegar y asesorarse por técnicos "nuestros" que realmente sepan conservar lo que tenemos, para que generaciones futuras puedan disfrutar y vivir de los recursos históricos y patrimoniales de su pueblo.