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Miguel Ángel Quintanilla: "Hoy la información científica está cada día más presente"
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Dicyt cumple 10 años

Miguel Ángel Quintanilla: "Hoy la información científica está cada día más presente"

Actualizado 23/12/2014
Jaqueline Alencar Polanco

El director del Instituto de Estudios de la Ciencia y la Tecnología (eCyT) de la Universidad de Salamanca recuerda el nacimiento de esta agencia y la trayectoria recorrida en una década

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Con motivo del décimo aniversario de la Agencia de Noticias para la divulgación de la Ciencia y Tecnología del Instituto ECYT de la Universidad de Salamanca, Dicyt está publicando columnas con la opinión de conocidos investigadores, que alaban su labor divulgativa. Uno de ellos, es el de Miguel Ángel Quintanilla, director del Instituto de Estudios de la Ciencia y la Tecnología (eCyT) de la Universidad de Salamanca

La transición a la democracia en España no solo fue una época de consensos políticos en relación con la estructura institucional del Estado o de pactos sociales acerca del Estado de Bienestar. También hubo muchos otros acuerdos de menor visibilidad pero de consecuencias profundas. Uno de ellos es el que se refiere a la modernización de la economía y la incorporación de la cultura científica y de la innovación en todo el entramado de la sociedad. Recuerdo que ya en la legislatura constituyente de 1977 hubo dictámenes parlamentarios sobre política científica aprobados por unanimidad (el más conocido es una resolución del Senado promovida por Gloria Vegué, senadora real, catedrática de la Universidad de Salamanca y posteriormente miembro del Tribunal Constitucional) . El consenso en este campo ha permanecido a lo largo de décadas. Así se vio en la Ley de la ciencia de 1986, en los dictámenes parlamentarios sobre el Plan Nacional de I+D desde 1988, en la nueva Ley de la Ciencia de 2011, etc.

Pero no es fácil comprender el significado de los procesos políticos si no se amplía el foco para poner en escena otros factores y procesos sociales y culturales que a veces aparecen desdibujados. En el caso de la ciencia y la tecnología, por ejemplo, el consenso político no es posible si no va acompañado por un interés activo de los ciudadanos. Y este es un fenómeno menos conocido, pero también muy importante durante los últimos años. Desde que se creó la FECYT (Fundación Española de la ciencia y la Tecnología) tenemos muy buena información sobre las actitudes de los ciudadanos en este campo. Y sabemos que, aunque todavía hay un largo recorrido por delante, la presencia de la ciencia y la tecnología en la cultura popular se extiende cada vez más.

Hace 11 años un grupo de profesores y alumnos, agrupados en torno al Máster de la Universidad de Salamanca sobre "Cultura y Comunicación en Ciencia y Tecnología" (antecedente del actual Máster Oficial de Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología) empezamos a preocuparnos por una paradoja que se producía ante nuestros ojos todos los días. Viviendo en un ambiente universitario y científico tienes la experiencia de estar rodeado de gentes que cada día descubren algo nuevo y cada poco cuentan al mundo entero los resultados de su investigación. Lo mismo pasa en otras muchas esferas de la actividad social: los deportistas logran triunfos, los empresarios montan negocios, los policías capturan delincuentes y los jueces imparten sentencias. La diferencia es que en todos estos casos los medios de comunicación locales se hacen eco de todos esos acontecimientos que componen la actualidad. En todos los casos menos en el de la ciencia y la tecnología. Para que una noticia científica, generada en el departamento universitario que está en la esquina de tu calle, aparezca en el periódico que te ofrecen en el kiosco de la esquina de enfrente, era imprescindible que viniera citado por una agencia de noticias, a ser posible extranjera.

Nos preguntamos por qué. Hicimos algunas investigaciones y comprobamos que, por lo general, ni las instituciones científicas locales proporcionaban información elaborada y lista para aparecer en los medios masivos, ni estos tenían interés o capacidad para elaborar este tipo de materiales periodísticos. Concebimos entonces la idea de crear lo que faltaba: una agencia de noticias especializada en información científica y tecnológica y orientada a nutrir de contenidos informativos en este campo a todos los medios de comunicación. Este fue el origen de DiCYT, que nació hace ahora diez años gracias al entusiasmo de un grupo de profesionales (Ignacio Coll dejó la oficina de comunicación de la universidad para dirigir DiCYT) y estudiantes, muchos de los cuales todavía continúan la aventura. Y también gracias al apoyo decidido del Gobierno de Castilla y León, la propia Universidad de Salamanca y algunas instituciones privadas entre las que destacaba la Fundación NIDO.

En diez años todo parece haber cambiado de forma radical. Hoy la información científica está cada día más presente y con mayor calidad en los medios de comunicación de masas. El ejemplo de DiCYT dio pie a la creación de un Servicio de Información Científica (SINC) a nivel estatal en el seno de la FECYT (fundación dirigida hoy, por cierto, por un antiguo alumno de nuestro Máster de Salamanca, en cuyo trabajo fin de curso proponía la creación de una agencia de noticias científicas: ¡vueltas que da la vida!). La propia DiCYT ha dado un salto de gigante y hoy es una agencia de dimensión internacional, especialmente volcada en la difusión de la ciencia y la tecnología en Iberoamérica. En sus archivos hay en más de treinta mil noticias científicas, además de materiales gráficos y audiovisuales que utilizan periodistas de todo el mundo. Y el sistema universitario de Castilla y León, en especial la universidad de Salamanca, cuentan con una plataforma de difusión de su actividad científica que está propiciando cambios profundos en la imagen social de la ciencia y la tecnología.

Gracias a todos por haberlo hecho posible. Y ánimo: nos vemos dentro de diez años.

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