Pedro Castellano, guitarrista de 'Pililos Oak', deja la banda

La complicada vida de los artistas en general y de los músicos en particular determina los caminos que deben seguir para ganarse las habichuelas, y si es complicada para todos los músicos, si te dedicas a eso del rock, la cosa es si cabe aún peor. Son interminables los casos de exceletes ejecutantes que ha debido abandonar la senda de la vida en la carretera para encerrarse en trabajos de los considerados tradicionales, ante la imposibilidad que la sociedad bien pensante impone en cuanto a criterios los trabajos serios, de seguir haciendo lo que más les gusta. Eso sí, a todos los que así opinan les encanta ver a su banda de rock favorita para luego presumir de lo bien que se lo pasaron en tal o cual ocasión.

Un músico pelea día a día con algo tan poco racional como la incomprensión, después de horas y más horas de tediosos estudios contra corcheas y silencios, de dejarse el físico en la práctica de los instrumentos, miren las manos del genial Keith Richards y entenderán a qué me refiero; de recorrer los antros más insalubres, comiendo poco y mal, encima han de soportar los contratos de mierda de dos horas por cuatro rácanos euros, eso en el mejor de los casos, pues algunos empresarios del Show Bussines les quieren vender la moto de que tocar gratis es bueno para ellos.

Así las cosas, hoy me encuentro con la noticia de que ha caido otra más de esas personas que un día lo apostaron todo por su pasión. Pedro Castellano, guitarrista de la Banda Pililos Oak lo deja, la balanza en la que ha debido sopesar las posibilidades de segir o no es meridianamente clara. En una nota publicada en el facebook de la banda explican las razones de su marcha, no, aquí no ha habido lucha de egos, aquí ha habido que decidir entro lo personal/profesional con las reponsabilidades que eso supone frente a la instabilidadofensiva del mundo musical. La decisión se me antoja dura, es dura, pero es perfectamente comprensible por todos los que de una manera u otra nos hemos acercado alguna vez al back stage de un escenario.

Ahora Pedro se dedicará a dirigir los destinos del Bar Los Cisnes en su querido Valdesangil, donde tienen su local de ensayo los Pililos y donde el propio Pedro tiene su estudio de grabación. Seguirá canturreando los temás de la banda mientras sirve cañas y tapas a los clientes, y repasará las lecciones de solfeo en los ratos que le queden libres, por que, eso sí, de la música no se va.

Mucha mierda en esta nueva etapa para la que sabemos está preparado y en la que estamos seguros seguirá consiguiendo mucha satisfacción.